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Elegir pero no ser elegidos

Un documento que circula en una entidad oficial puede marcar la vida de muchas personas. Hace unos días la comunidad extranjera se sorprendía al enterarse de la carta policial en la que se ordenaba la detención de 35 extranjeros indocumentados como cuota semanal. Al día siguiente el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba para salir del embrollo señaló que se había “malinterpretado la Ley de Extranjería” cuando días antes había negado que se estén realizando redadas policiales.
En otro ministerio y unos días antes dos ministros sellaban un trato beneficioso para los colombianos residentes en España. Miguel Ángel Moratinos y Jaime Bermúdez, ministros de Relaciones Exteriores de España y Colombia, respectivamente, daban paso a que sus ciudadanos puedan votar en las elecciones municipales de cada país, pero no presentarse como candidatos.
Durante la rueda de prensa en la que se firmó el acuerdo, Ocio Latino preguntó al ministro Moratinos por qué se estipulaba que se resida durante al menos cinco años en España. El plazo resulta muy largo considerando que un latinoamericano puede pedir la nacionalidad española con dos años de residencia; el trámite posterior dura unos dos años, con lo cual a los cuatro años ya se posee la nacionalidad española y, lógicamente, se puede votar en todo tipo de elecciones. La respuesta del Canciller fue que así se había dispuesto “para todos” los países con los que España iba a firmar acuerdos de este tipo.
La diputada socialista de la Asamblea de Madrid Yolanda Villavicencio describe en un artículo que este acuerdo significa “mandar a la sociedad un mensaje claro sobre el compromiso político de los socialistas por aumentar la calidad de nuestra democracia”. Pero va más allá, y anota: “Sólo es posible que todos los inmigrantes presentes entre nosotros y que cumplen los requisitos básicos para el voto puedan ejercerlo si hay una reforma de la Constitución para la que es indispensable el consenso entre el PSOE y el Partido Popular, de la misma manera que lo es para hacer de la política migratoria una gran Política de Estado”, asegura.
Roosmery Valencia, colombiana afincada desde hace muchos años en España, piensa que esta ley no entusiasmará demasiado a sus compatriotas ya que cuando uno es residente “no siente un compromiso” real para acudir a las votaciones ya que si bien es un paso importante en los derechos civiles, hay problemas más urgentes que las autoridades deberían resolver, como por ejemplo las enormes colas para tramitar documentos o la demora en la convalidación de los títulos profesionales.
“Yo tengo la nacionalidad española y ahora sí tengo un compromiso asumido con este país”, afirma.
Otro colombiano radicado en Madrid, Mauricio Herrera, señala que cinco años es demasiado tiempo para darles ese beneficio a sus compatriotas ya que “desde que uno llega a España legalmente cotiza a la Seguridad Social y se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, así que el acuerdo debería permitir participar en las elecciones municipales desde el primer año. Aunque quizás tres años sería el tiempo justo y no cinco”

Se puede cambiar a dos años
El embajador de Colombia en España, Carlos Rodado, mostró su satisfacción por la firma de este acuerdo y resaltó la importancia que tiene para la comunidad colombiana residente en España. El diplomático señaló a Ocio Latino que los cinco años de residencia legal y permanente que se solicita a sus compatriotas para beneficiarse de este convenio es el mismo plazo que se aplica a los españoles en Colombia. Asimismo remarcó que ese plazo puede modificarse si las dos partes lo creen conveniente. “Son cinco años por reciprocidad pero el convenio dice que las condiciones pactadas, siempre y cuando se mantenga el derecho a voto, se pueden modificar, es decir se podría reducir a menos tiempo”, subrayó.
Para Pedro Zerolo, concejal y secretario federal de Movimientos Sociales y relaciones con las ONG del PSOE, el proceso de canje de notas entre los cancilleres latinoamericanos y el español es un “hecho histórico” que permite construir una ciudadanía latinoamericana en España. “Como latinoamericano me siento muy orgulloso de este acuerdo. Esto ayudará a la autoestima al otro lado del Atlántico que históricamente ha estado muy baja”, afirma.

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