Josune Huidobro, representante de ACOBE (Asociación de Cooperación Bolivia España), en un foro realizado en la Casa de América de Madrid comentó la situación de familias enteras bolivianas cuyos miembros desearían retornar a Bolivia. Sin embargo el plan de retorno diseñado por el Ejecutivo central no ha considerado a esta colonia. Josune subrayó que hay un número indeterminado de bolivianos que desearían retornar a su país en vista no sólo de la crisis económica sino también porque una buena parte de los más de 300.000 bolivianos que viven en España carecen de permiso de residencia.
En efecto buena parte de los candidatos a retorno voluntario son bolivianos que, por la propia evolución migratoria de los ciudadanos de este país, llegaron en los últimos tres o cuatro años y no han podido acogerse a amnistías extraordinarias. Así las cosas aunque España y Bolivia suscribieran convenio de Seguridad Social seguramente la mayor parte de bolivianos que desean retornar no podrían hacerlo. Porque precisamente uno de los flancos débiles del Programa de Retorno es que sólo está dirigido para aquellas personas que poseen permiso de residencia y trabajo y se quedan en el paro; sólo así pueden cobrar el subsidio de desempleo que el Plan de Retorno contempla como aliciente entregar “de golpe”, en el plazo de un mes: el 40% en España, antes de la partida, y el 60% restante en el país de origen. Algo paradójico ya que justamente quienes tienen tarjeta de residencia son los que no quieren retornar, en general.
“Ni siquiera tengo para el pasaje de regreso”
Matías Vásquez, nacido en La Paz, lleva tres años en España. Al principio, como gran parte de los extranjeros en España, pudo trabajar en la construcción. Con el desplome de la llamada “burbuja inmobiliaria” se quedó sin empleo. Él incluso trabajó en la construcción de la ampliación de carretera de circunvalación de Madrid M-30. Y lo hizo aunque no tenía papeles de residencia; fue contratado por una de las múltiples empresas que para ello subcontrató el Ayuntamiento de Madrid. Como no tenía papeles de residencia no pudo cotizar a la Seguridad Social y, por tanto, tampoco puede ahora cobrar el paro. Para completar el panorama él ahora quisiera regresar a Bolivia porque no consigue empleo. Pero no puede acogerse al Plan de Retorno Voluntario. “Es como si a uno que está mal sólo le dieran palos por todos lados. Justamente somos las personas a las que deberían ayudarnos para poder retornar. Ni siquiera tengo para el pasaje de regreso. Todo lo que gané en la construcción lógicamente lo tuve que gastar para alquilar un cuarto, comer y mandarles todo el resto a mis hijos, que están en Bolivia. Ahora ¿qué podemos hacer? He ido a Cáritas, a la Cruz Roja y dicen que no hay dinero para el retorno de emergencia. La verdad no sé qué hacer. ¿Será que la crisis pasará?”.
Fracaso a las puertas del arraigo social
A Edilberto Suárez, de Santa Cruz de la Sierra, sus jefes le ofrecieron hacerle la correspondiente oferta laboral para que se acoja al Arraigo Social al cumplir los tres años de estancia en España. Trabajaba como guardés (vigilante y cuidador) de una finca a las afueras de Madrid. Cuenta: “Pero justo llegó la crisis y mis jefes prefieren tener la finca cerrada sin vigilancia. Han tenido que vender unas propiedades a un precio muy bajo, dicen, y encima el señor dice que no tiene apenas clientes en su empresa de gestoría. Así que ya no han podido hacerme ninguna oferta laboral.
Sinceramente quisiera regresar porque en Santa Cruz por lo menos tengo a la familia y un techo, acá por el momento no se ve futuro. Y sin papeles ya no contra tan a nadie cuando ni siquiera los que tienen papeles ni los propios españoles tienen trabajo. ¿Cómo hacer? Ni hablar. Pero me encuentro con que nadie me ayuda ni con el pasaje. Dicen que los bolivianos no podemos acogernos al Plan de Retorno Voluntario porque no hay un convenio, parece mentira cuando la mayoría de gente que conozco está en mi situación, hay varios compatriotas que quisieran regresar pero no hay manera. No se sabe al final si lo que quieren es que nos quedemos o que nos vayamos. Y claro al final deportan al que no quiere irse. Es como el mundo al revés, ¿no?”.
Nada para los trabajadores del servicio doméstico
Tampoco Juanita Sánchez Quispe entiende la lógica (o la ilógica) de la normativa. Ella trabaja en el servicio doméstico. Tiene papeles de residencia pero si eventualmente se quedara sin trabajo y quisiera regresar tampoco podría acogerse al Plan de Retorno Voluntario. Porque los trabajadores del servicio doméstico, sean de la nacionalidad que sean, no pueden cobrar el paro ya que la legislación española los discrimina en este aspecto. Y ello a pesar de que en la campaña electoral el gobernante PSOE se comprometió a equiparar la situación de los trabajadores del servicio doméstico con la del resto de empleados por cuenta ajena, algo que hasta ahora no se ha hecho efectivo.
“Es verdad que esto les afecta a los trabajadores del servicio doméstico de todos los países pero es que a los bolivianos nos afecta toda la normativa negativamente, y también esta norma discriminatoria”, señala Juanita.