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Sergio Vallín: Bendito entre las mujeres

Cuando se da la noticia de que Sergio, el guitarrista de Maná, publicaría un disco en solitario, todos piensan que el grupo mexicano ha llegado a su fin. Pero no, él se encarga de aclarar de inmediato que este proyecto es una pausa mientras que se dan los preparativos del próximo disco de su banda.
«Maná sigue, estamos preparando un nuevo disco que saldrá el próximo año. Tenemos mucha vida todavía, al menos eso espero», dice entre risas. Bendito entre las mujeres, es un trabajo extraordinario, no sólo porque el guitarrista ha logrado juntar a once cantantes de renombre internacional, sino también porque las historias que Vallín nos cuenta son tan reales, «están escritas con el corazón y las tripas», que no es nada difícil identificarse de inmediato con alguna de las «rolas». Además, es un tributo a lo más grande que Dios creó: las mujeres.
«Las mujeres son una parte importante de mi vida. He tenido la oportunidad de conocerlas como madre, hermana, esposa e hija, pues era una razón suficiente como para hacerle un tributo de esta manera», cuenta el guitarrista cogiendo el rosario que cuelga de su cuello. La idea de grabar un disco en solitario le surgió hace dos años, pero debido a las innumerables giras con Maná tuvo que esperar tiempo para poder plasmarlo. Otro de los inconvenientes con los que se encontró fue el de cuadrar la agenda de las cantantes -Vallín hizo las letras y la música del CD-, que se encargarían de interpretar sus canciones. «Lo de las agendas fue muy complicado, imagínate que no podíamos grabar hasta saber quien iba a cantar la rola y si le iba a quedar el tono a su voz. Sólo teníamos las baterías grabadas».
Superados esos baches Sergio logró otros de sus objetivos, que el disco no sonara igual a Maná. Y es cierto, escuchando sus temas uno se encuentra a un guitarrista privilegiado que es capaz de acompañar de manera estupenda la voz de Fher -vocalista de Maná-, pero también a un músico que hace cantar a la guitarra y crear sonidos que colorean cada tema convirtiéndolos en historias redondas.
Mientras se gestaba el disco, confiesa, tuvo la tentación de invitar a alguno de los integrantes de la banda para que lo apoyaran en la aventura, pero al final desistió «y creo que fue lo más acertado».
También revela que tuvo claro que él no iba a cantar ninguno de sus temas, «no soy desafinado, pero de eso a ser cantante…para mí, mi vocalista es Fher». Entonces, prosigue, me surgió la idea de invitar a mujeres para que el cantante no sea un hombre, «mujeres ¡cabrón!, me dije». Y es que sólo las herederas de Eva tienen la capacidad de poder interpretar los anhelos, historias y vivencias que Vallín imprime en este CD. Historias como Qué pasa tío, en la que cuenta el miedo que tiene un chico de tener relaciones sexuales con su chica por no dejarla embarazada.
«En ese tema que interpreta Mariajosé, hay una frase que dice ‘que si al fin te sale mal ya tienes un motivo para casarte conmigo, ya veo como te veo, limpiando biberones de todos los colores’, y así estaba yo a los ¡20 años cabrón!, me casé, tuve un bebé y lavaba biberones en el fregadero». El amor tiene un espacio muy grande en el disco, como en la canción que interpreta Raquel del Rosario -del Sueño de Morfeo-, Sólo tú. Allí una frase que Sergio escuchó a su abuelo cuando niño, fue el germen del tema. «Recuerdo que le preguntaron a mi abuelo, ‘Don Jesús si usted muriera y tiene la oportunidad de volver, ¿se casaría otra vez con doña Petrita?’ y el respondió ‘si volviera mil veces al mundo, mil veces viviría junto a ella’, eso se me quedó güey».
Bendito entre las mujeres es un disco que pone en evidencia lo que el mundo sabe pero pocos se atreven a gritarlo: que el universo gira alrededor de la mujer, que es mentira que el hombre tenga todo el control, «la mujer tiene la capacidad de dar a luz, de dar vida y eso ya nos pone en desventaja, ¡eso está cabrón!».
Se termina el tiempo de la conversación con Vallín, más que una entrevista el guitarrista te habla como si fueras un amigo de toda la vida. Una vez apagada la grabadora me atrevo a contarle una situación extraña que estoy atravesando. Él, con sus 37 años a cuestas suelta un buen consejo. Hacemos un trato, en su próximo viaje a España volveremos a encontrarnos, él con su banda y yo con una buena nueva que contar.

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