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Las Viejotecas colombianas: un encuentro con el pasado musical

Estas singulares fiestas denominadas viejotecas nacieron en el año 1993 en Cali, la ciudad colombiana
conocida como la capital de la salsa. Tuvieron tal éxito que rápidamente se extendieron por todas las ciudades del país y se empezaron a programar en las emisoras de radio. Dieciséis años después siguen tan vigentes que ni siquiera los colombianos que viven en España se privan de ellas. Para los amantes de las viejotecas la frase que mejor las define es aquella que dice que todo tiempo pasado fue mejor. Así lo dice, por ejemplo, el colombiano Edwin Parra Moreno, a quien encontramos un domingo por la tarde haciendo cola para entrar a una de estas fiestas en Madrid. “Vengo a recordar la música del ayer, con la que crecí, con la que aprendí a bailar y disfruté en mis buenos tiempos” dice Edwin. Reconoce que si lo ponen a escoger entre las discotecas más modernas de España y una viejoteca, se queda con esta última “ya que la música es más variada, más viva, es decir no es tan electrónica como la de hoy”.

Del parque a la discoteca
Desde hace tres años Arcángel Hernández, presidente de la Asociación 12 de octubre, lleva a cabo una de las viejotecas de Madrid. “La idea surgió luego de que nos prohibieran a los colombianos reunirnos en el Parque 12 de octubre los domingos en la tarde y me pareció que una viejoteca era la mejor alternativa” asegura Arcángel. Él nos cuenta que al principio la convocatoria fue difícil pero hoy en día cada domingo más de 700 personas de diferentes nacionalidades acuden a la cita bailable.
Magnolia López es una clienta habitual de las viejotecas. Nos explica sus razones. “Ahora en las discotecas ponen mucha música para chavales, mucho reggaeton y nosotros preferimos la música tropical, los merengues de los años 80’s y, sobretodo, encontrarnos y bailar con gente de nuestra misma edad”.
Cecilia Corrales, otra amiga de las viejotecas, destaca que lo que más le gusta es el horario. “Puedo venir a bailar sin trasnochar. Empiezo a divertirme temprano y termino temprano y los lunes puedo ir a trabajar sin problema” dice, entre risas, esta colombiana. Añade que este tipo de fiestas le permite recordar a su tierra natal, de laque lleva fuera catorce años.

Homenaje a los discos de vinilo

No es casualidad que las viejotecas nacieran en Cali. Según los estudios socioculturales que se han hecho en la ciudad, al finalizar la década de los sesenta y principios de los setenta los discos grabados en vinilo llegaron a ser más apreciados en Cali que la música en vivo. Esto originó que los caleños entregaran su energía al baile y desarrollaran una manera única de bailar la salsa. Los clubes de la ciudad se hicieron famosos a nivel mundial por sus demostraciones de este baile que se caracterizaba por el movimiento rápido de las puntas de los pies, los brincos y los pasos exuberantes.
En los años 80 llegó el ocaso para este baile, los sitios populares se cerraron y los clubes nocturnos se orientaron hacia los nuevos ricos de la ciudad y la música en vivo. Fue a principios de los años 90 cuando los dueños de dichos clubes, preocupados por ver cómo el número de sus clientes disminuía noche tras noche, se inventaron las viejotecas como una forma de recuperar esa tradición de la música grabada y rememorar una época sin igual. El éxito fue arrollador.

Viejotecas a ritmo de salsa
En la discoteca Jala Jala de Madrid también hay viejoteca los domingos desde hace 5 años. Pero a diferencia de lo que ocurre en otras salas, aquí sólo se pone música salsa. “Los domingos la gente viene a bailar ritmos que marcaron historia en los años 70’s como la pachanga, el guateque, el bugalú, la guaracha” dice Eduardo Cortez, el Dj de la discoteca. Agrega “En Cali había un club que se llamaba El Escondite y era famoso porque se bailaba salsa como en ningún otro lado. Le aseguro que los domingos en esta viejoteca uno se siente en ese lugar y esa época”. Aunque en un principio las viejotecas se crearon para atraer a personas de más de 40 años, con el tiempo se han abierto a todas las edades.
Así lo confirma el administrador de Jala Jala, José Gregorio Fernández, quien asegura que la mayoría de los que van a la viejoteca están entre los 25 y 40 años de edad. La nacionalidad tampoco cuenta a la hora de decidirse por entrar a una viejoteca colombiana. Gustavo Góngora nació en Ecuador y con tan solo 25 años de edad es uno de los clientes asiduos de esta clase de fiestas. Su pasión por la que llaman la salsa dura se la inculcaron sus tíos. “Es un privilegio poder contar con un sitio en el que te ponen sólo la música que te gusta” comenta este joven al que le apasiona tanto la salsa “vieja” que conformó un grupo musical de este género con sus amigos.

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