Thalía nunca pasó desapercibida en la escena musical. Desde muy jovencita la pudimos ver en telenovelas, luego formando parte del grupo Timbiriche para, finalmente, lanzarse como solista. Desde entonces su mundo giró alrededor del glamour, de los flashes y también de las críticas. Muchas de ellas enfocadas hacia su calidad vocal y a catalogarla como un producto más de la fábrica llamada Televisa.
Cansada de esas voces la cantante decidió lanzarse al ruedo para mostrar su voz tal cual sin más acompañamiento que algunos instrumentos acústicos para poder mostrarse sobre el escenario tal como es, desprovista de vestimentas súper fashion, de bailarines con acrobáticas coreografías, para dar paso a la Ariadna Thalía que pasea por casa todos los días. Esta decisión vino también luego de que sucedieran muchas cosas en su vida. Lo primero es la enfermedad de Lyme que padece a consecuencia de la mordedura de una garrapata. Thalía adquirió este mal cuando trotaba en un bosque cercano a su casa en Nueva York. Casualmente su madre también sufrió de este mal. Para curarse hay que someterse a un tratamiento largo y costoso.
El otro punto importante en la vida de la intérprete de Sudor fue el nacimiento de su hija Sabrina Sakae, en octubre de 2007, situación que la mantuvo alejada de los estudios de grabación ya que quiso brindarle todo el tiempo posible a su retoño. El punto final que cambió su vida en los últimos años fue la separación de su casa discográfica EMI para fichar por Sony Music. «Todas estas vivencias me rompieron en mil pedazos pero me permitieron empezar de nuevo. Algunas fueron cosas maravillosas, otras no tanto, pero así no pierdes las perspectiva de la vida. Estuve años alejada de los escenarios, primero porque quise ser madre, quise estar ahí para ese ser que llegó a mi vida, y también porque tuve un problema de salud y es algo que cambió mi vida totalmente de aquí en adelante, es una enfermedad que está ahí. Pero ahora me he restaurado y vengo con esto (el nuevo disco) que soy yo», enfatiza.
La artista, de 38 años de edad, recuerda lo duro que fueron las grabaciones. Primero porque se enfrentaba a una situación nueva: ella, acostumbrada al pop, ahora lidiaba con un electro acústico que serviría para callar todas esas críticas que la calificaban de cantante pre fabricada. Lo segundo fue que durante la grabación muchos sentimientos afloraron ya que las letras de las canciones nuevas reflejan su nueva etapa de vida.
«Primera Fila es un resurgir, un renacer, un romper en mil pedazos percepciones, imágenes, estereotipos de Thalía, quise despojarme de todo eso. Y fue un proceso muy doloroso y muy fuerte. Cuando uno se enfrenta a sí mismo no hay algo más terrible, algo que te dé tanto miedo como enfrentarte a ti mismo y a tus fantasmas, temores, vulnerabilidades, y éste proyecto me permitió hacerlo», rememora.
Una de sus amigas, al apreciarla en el escenario, recuerda la mexicana, se sorprendió al verla en jeans y zapatillas. «Tuve la oportunidad de ser la misma de todos los días, con los jeans favoritos de toda mi vida, esos jeans los tengo desde los 23 años, son mis jeans amados que no me los quito nunca con los tenis (zapatillas) que tenía cuando ‘tureaba’ con Timbiriche. Me di chance de usar mis elementos de vida», precisa.
Y todo eso se refleja en las interpretaciones que Thalía ha grabado en Primera fila. Una de las canciones en las que la cantante se desnuda se titula Como, que escribió junto a Leo, de Sin Bandera. En esa letra refleja todo el feeling que sintió tras salvarse de la muerte a causa de la enfermedad que la aqueja. Eso le valió, dice, para buscar a la jovencita de antes, la que cantaba frente al espejo y soñaba con grandes cosas. «¿En qué momento fue? ¿Cómo regresar a lo que yo era antes de que llegara la estrella, o la fama? ¿Dónde está esa que era yo antes? La que soñaba, esa que se ponía en el espejo y cantaba, ¿dónde está esa niña? Quiero llegar ahí otra vez», recuerda.
Al natural, sin maquillaje y exponiendo su alma al público. Así regresa Thalía, aquella niña que participara en la telenovela Quinceañera o que fuera María la del barrio. La que puso a bailar a medio mundo con Amor a la mexicana, Loca o Piel morena. «Hay muchas veces que uno está más enfocado, más entregado a los proyectos, y hay otras veces que uno simplemente los hace y los deja. Yo siento que estas canciones que interpreté (en Primera Fila), que escogí, fueron momentos claves del espacio de Thalía en el corazón de su gente. Son cien por ciento Thalía. Es como un homenaje para mi gente, porque ellos hicieron eso de mí».