Claudia está feliz. Sus palabras, la manera de contar sus proyectos y su hermosa sonrisa indican que es una mujer llena de satisfacción. Y no es para menos porque ya es inminente el lanzamiento de su primer trabajo discográfico grabado en Madrid tras su paso por el programa Hijos de Babel (2008) en el que se dio a conocer a la audiencia más no en el mundo del canto ya que ella pisa las tablas desde que tenía 12 años.
Luego de volver de una gira que realizó por Ecuador y en la que fue requerida por muchos medios periodísticos de su país, Claudia enfocó su objetivo en lo que sería su primer CD. Para ello no dudó en rodearse de los mejores músicos y, sobre todo, de un productor que la ayude a plasmar todo lo que ella quería expresar. Por eso buscó al venezolano Carlos Quintero, quien ha trabajado al lado de Celia Cruz, Carlos Baute, Chenoa, Garibaldi, entre otros artistas, para que se encargara de la producción musical. Eso, sumado a un fuerte apoyo económico de un empresario andaluz, hizo que su sueño comenzara a rodar.
Junto a su nuevo equipo se encerró en un estudio madrileño durante seis meses y el resultado es el disco Hola mi amor, en el que la bella chonera rescata los sonidos andinos de los temas Mi lindo Ecuador, Vasija de barro y Chola cuencana y los mezcla con ritmos europeos. «Lo que hemos querido hacer es poner sonidos europeos pero sin perder la raíz latinoamericana. El primer tema lo escogí por agradecimiento a mi país, el otro porque habla de las raíces puras de la comunidad andina y Chola cuencana lo elegí por que nombra a España» comenta Claudia.
Como innovación en su disco Claudia quiso rescatar el habla inca. Así que tomó la canción Llaqui shungulla (Pobre corazón), que popularizó Margarita Laso en 1999, lo fusionó con ritmos modernos y el resultado fue una canción que la hace sentir más orgullosa de sus orígenes y que fácilmente puede entrar al circuito musical en cualquier parte del mundo. «Le pusimos sonidos europeos con algo de lambada y folclore, esa fue la locura que se nos ocurrió» dice, entre risas.
Las otras seis canciones del disco fueron escritas tomando las vivencias sociales y amorosas que ha tenido en sus 32 años de vida. En ellas busca transmitir emociones que cualquier persona puede tener a lo largo del día. Una de ellas es el tema Hola mi amor, que da nombre al CD. En ella Claudia habla sobre la separación amorosa que sufre una persona cuando emigra a otro país. “Es entonces cuando nace el amor a distancia. Primero sufres la separación, luego el desarraigo aunque después está la esperanza de que algún día vas a estar junto a esa persona porque los une algo tan maravilloso como es el amor», afirma.
La historia de esta artista en España se inicia en 1999 cuando llega a Almería con un contrato de trabajo para cantar en las playas andaluzas. Poco a poco fue forjando su futuro y, además de cantar en prestigiosas cadenas de hoteles, forma parte de grupos de bossa y jazz. A inicios de 2008 se dio
con la sorpresa de que su pequeño hijo la había inscrito en el casting de Hijos de Babel. Ella, temerosa, acude sin muchas expectativas. Grande fue su sorpresa cuando el jurado, integrado por los directivos de Sony Music, le comunicaron que había clasificado. A partir de allí su talento y simpatía cautivó a muchos quienes la seguían no solo de España sino también del otro lado del Atlántico. Ese apoyo fue algo similar al que levantó la peruana Brenda Mau, quien quedó segunda en Operación Triunfo. «Me gustaría conocerla, poder hacer algo juntas. Quizás podríamos interpretar juntas el tema El verdadero sentir ya que ella tiene una voz preciosa», indica Claudia. Con su participación en el programa Hijos de Babel y con el lanzamiento de su disco Claudia demuestra que las mujeres latinoamericanas desbordan talento y que son el empuje familiar. Además quedó claro que Manabí sigue siendo el Jardín de las mujeres bellas.