Alejandra Guzmán nació en el Hospital de la Paz de Madrid a las 4 de la tarde. Dos horas después su tía y primos, que viven en Bogotá, la capital de Colombia, no sólo recibían la noticia de su nacimiento sino que pudieron verla con tan pocas horas de vida gracias al Messenger. Cuando su madre, Edilma Guzmán, preparó la maleta para llevar al hospital incluyó su ordenador portátil pues sabía de antemano que en la habitación de la maternidad contaba con conexión para Internet y no quiso privar a su hermana de un acontecimiento tan importante. Como Edilma son muchos los nuevos padres que han recurrido a Internet para mantener a sus hijos nacidos en España en contacto con sus familias en Colombia. Por eso en Ocio Latino hemos querido hablar con algunas de estas “ciberfamilias”, como definimos a esta nueva figura que se da en la sociedad, especialmente en la migratoria, aunque todavía ningún estudio sociológico hablé de ello.
Diferencias generacionales
La colombiana Edilma llegó hace 14 años a España. Dejó en Colombia a su hijo Andrés Felipe con tres años de edad. “Lo llamaba cada 8 días y escucharle su vocecita por teléfono me reconfortaba mucho. Sin embargo era muy feliz cuando me enviaban fotografías pues podía ver cómo iba creciendo mi niño” recuerda Edilma y reconoce que ahora con su hija Alejandra la tecnología ha hecho que todo sea más fácil ya que su familia en Colombia no se ha perdido el crecimiento de la pequeña en estos cinco meses de vida. Y ahora es su hijo Andrés Felipe el que presume de hermanita desde España por el ciberespacio.
Un ‘reality’ familiar
La casa de los colombianos Luisa García y Gonzalo Alvis en Madrid desde hace un año se convierte en las mañanas en un pequeño Gran Hermano pues Luisa contacta con sus padres y su hermana que viven en Bogotá o con la hermana que está en Corea a través de un sistema de videoconferencia por Internet para que vean a su hijo Sergio, que nació hace 12 meses en la capital española. “Me pongo en contacto con ellos en la mañana, hora de España, pues trabajo por la tarde y eso a ellos les implica madrugar un poco pero disfrutan tanto con el niño que no les importa. Muchas veces inicio la videoconferencia y después de saludarlos me voy a hacer otras cosas en la casa y son las tías o los abuelos quienes lo acompañan en su habitación. Más de una vez ellos me han alertado para que acuda a su cuarto a auxiliar al niño” dice, entre risas, Luisa. Su esposo Gonzalo agrega: “Lo que más me llama la atención es la forma como el niño interactúa con nuestros familiares. Ellos cantan y él baila, lo llaman y responde, cuando le preguntamos por los abuelos no duda en señalar el ordenador”.
Mantener y estrechar lazos
Adela Suárez vino desde Colombia al nacimiento de su nieto en España pues fue a este país al que llegaron a vivir su hija y su yerno. Durante los tres meses de estancia disfrutó de su nieto Jorge Orlando al máximo. Previendo que tarde o temprano tendría que regresar a su país se propuso aprender a utilizar Internet para no perderse ningún detalle del crecimiento del bebé. Desde hace un mes esta abuela se conecta desde el otro lado del Atlántico todos los días con su hija para que le muestre a su nieto de 4 meses. “No es lo mismo tenerlo en brazos pero por lo menos puedo verlo en tiempo real. Yo le repito a mí chiquitín, una y otra vez, que soy su abuelita” nos cuenta vía telefónica esta abuela desde Colombia.
Jorge Orlando también debutó en las redes sociales del ciberespacio con unas horas de nacido gracias al Internet móvil. Sus tías y primos vieron en directo la forma como luchaba por agarrarse al pecho de su madre y los primeros cambios de pañal. “Cuando nos planteábamos tener un hijo nos preocupaba que el niño no fuera a tener un referente de familia por el hecho de vivir solos en España con mi esposa, pero el Messenger ha sido la solución. Cada 8 días a través de una pantalla le enseñamos al niño que tiene tíos, primos y abuela” dice Orlando Poveda, padre de Jorge.
El encuentro Sin lugar a dudas el momento más deseado es cuando las familias y los niños dejan de ser virtuales. “Cuando mi familia conoció al niño en persona después de 7 meses de ‘relación’ por Internet le pareció más grande que como lo veía en la Red. Y el niño, por su parte, los miraba a todos detenidamente como diciendo: yo a ti te conozco” concluye Luisa García.
En sentido contrario
Los esposos colombianos Carlina Vega y John Jairo Castañeda hace 7 años llegaron a Alicante a trabajar y allí tuvieron a su primera y única hija, Daniela. La crisis tocó a su puerta a mediados del año pasado y tomaron la difícil decisión de enviar a su hija a vivir con sus abuelos maternos a Colombia. De esta forma ellos pudieron aceptar un trabajo que les ofrecieron como internos en un chalet. “Para nosotros el momento más feliz del día es cuando podemos ver a nuestra hijita de 4 años por Internet” relata esta joven mujer con su voz entrecortada “Me da mucho miedo que nos olvide pero la verdad es que sigue siendo muy especial cuando nos conectamos. Nos muestra los trabajos que hace en la guardería, y más de una vez nos ha pedido que le contemos un cuento para ir a dormir tranquila” concluye Carlina con la esperanza de reunirse definitivamente con su hija el próximo año.