Cuenta la historia que la Casa de Campo fue parte de la monarquía donde el Rey asistía a demostrar sus habilidades de cazador junto a su séquito. Siglos después fue cedida al pueblo y hoy es uno de los parques más emblemáticos de la Comunidad de Madrid. Este espacio verde ha sido testigo de cambios importantes de Madrid y es, por supuesto, escenario de algunas de aquellas transformaciones, una de ellas, la deportiva. En la Casa de Campo hay tres canchas en las que los madrileños practicaban el fútbol hace una docena de años pero, debido al mal estado, las abandonaron. Desde hace diez años esos espacios han sido ocupados por cientos de latinoamericanos que acuden a practicar fútbol y el ecuavoley. Gracias a la acogida de los campeonatos improvisados, dirigentes ecuatorianos crearon tres ligas de fútbol amateur en las que hoy compiten unos 150 equipos de los que aproximadamente 20 de ellos a la categoría infantil.
“Quieren ser como Messi”
En la parte más alta de Casa de Campo, cerca de Lago, por donde pasa el teleférico cientos de veces cada día, está la cancha donde la Liga Todos Somos una Familia lleva a cabo su competición. De los 60 clubes que participan este año, 12 son del torneo infantil. Niños de entre 8 y 14 años acuden religiosamente todos los fines de semana a jugar su partido. Desde hace 8 años a los pequeños jugadores no les ha importado si ha llovido, nevado o si el sol veraniego ha apretado; ellos siempre acuden para practicar el deporte que más les gusta, el fútbol.
“Todos sueñan con ser grandes estrellas. Ellos aspiran ser como Messi o Cristiano Ronaldo”, manifiesta Oswaldo Samueza, presidente de Todos Somos una Familia. El dirigente explica que unos pocos se estrenan en clubes federados pero la gran mayoría no tiene esa suerte debido a la falta de recursos de sus padres. Luis Lumaña, presidente de la Liga Ecuatoriana de Casa de Campo, comparte la visión de Oswaldo Samueza: “Todos nuestros pequeños necesitan una oportunidad. Tienen una habilidad increíble en el campo. Lo demuestran cada fin de semana”. “Considero que los entrenadores de los clubes federados deberían venir y verlos jugar. Sugiero que se creen becas o se les haga una prueba para que les permitan ingresar a dichos organismos deportivos”, afirma el dirigente ecuatoriano.
Canchas en mal estado
Si ya la falta de vestuarios, duchas o un lugar en el que refugiarse del frío o calor es un problema para los niños, el pésimo estado de los campos pone en riesgo su integridad física. Ha habido jugadores que se han lesionado por los huecos o por el desnivel del terreno. Cada fin de temporada los directivos de las organizaciones deportivas hacen mingas para mejorar la calidad de los campos, pero no es suficiente. A pesar de llevar arena y tierra para intentar nivelar el terreno, con las primeras lluvias del invierno vuelven a quedar tan mal como estaban antes. Los dirigentes de las ligas han intentado buscar otras opciones para llevar a cabo los campeonatos como por ejemplo el alquiler de campos, pero los costes son demasiados elevados para los padres de los niños.
Ellos los piden
Brandon Erazo es, con 11 años, máximo goleador de la Liga Ecuatoriana de Casa de Campo de la temporada 2009-2010. Sueña con ser jugador profesional. Es hábil, rápido e intrépido en el campo. Lo ha demostrado con sus 42 goles. Ahora solo quisiera practicar el deporte que más le gusta en un campo en condiciones. Con entrenadores profesionales que le garanticen la superación.
Roger Hidalgo, con 13 años, se convirtió en el pichichi de la Liga Todos Somos una familia. Empezó a patear el balón desde el momento en que intentaba dar sus primeros pasos. Hoy sueña con ser uno de los grandes. De jugar en los grandes estadios como el Bernabeu.