Chile ha dado ejemplo de trabajo, unidad y desarrollo tecnológico al mundo con la exitosa operación de rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en una mina de Copiapó el pasado 5 de agosto. En un operativo que comenzó poco después de iniciado el 13 de octubre y que acabó apenas 22 horas después, los 33 mineros pudieron ver la luz al final del túnel. Un túnel que cada uno superó dentro de una cápsula que atravesó los casi 700 metros que separaban la superficie del refugio en el que los trabajadores quedaron atrapados tras un derrumbe de la mina San José que no cumplía con los requisitos de seguridad.
Seis rescatistas descendieron a las entrañas de la mina llevando los implementos necesarios para sacar con vida a los mineros. El primero de los rescatistas en descender fue Manuel González, considerado ya un héroe pues voluntariamente se sumergió en el agujero taladrado en el cerro sin saber si era algo seguro o tan siquiera si realmente la cápsula resistiría. González fue también el último en salir.
La operación fue seguida en directo por más de mil millones de personas en todo el mundo. Una audiencia mayor que la de la final del Mundial de Fútbol.
Cada vez que un minero llegaba a la superficie se abrazaba primero a sus seres queridos, las personas que cada uno de los mineros eligió para ser acompañados en este verdadero renacer. Luego muchos pudieron abrazar al presidente chileno, Sebastián Piñera, quien se implicó personalmente en el rescate a pesar de que muchos de sus asesores le dijeron que no era nada seguro poder rescatar con vida a los mineros y le aconsejaron que se mantuviera al margen para que su imagen no resultara dañada. Él se implicó con todas las consecuencias.
También llegó hasta la mina San José el presidente boliviano, Evo Morales, para acompañar a su compatriota Carlos Mamani, el único minero del grupo que no posee la naiconalidad chilena.
El Gobierno de Chile ha financiado el 70% de la operación, valorada en 22 millones de dólares. Empresas privadas han aportado el resto. Los familiares de los mineros han demandado a la empresa propietaria de la mina por más de 10 millones de dólares. Y las autoridades han prometido que no habrá impunidad y que se reforzarán las medidas de control y seguridad en las minas chilenas.
Ahora se dice que a los mineros los esperan contratos millonarios para que cuenten sus historias. Pero lo importante es que poseen el tesoro más grande, el de sus vidas, gracias a la operación de rescate más grande -y más mediática- de la historia. (Yolanda Vaccaro).