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Bolivianas en el fútbol

Cerca de 800 bolivianas los fines de semana se olvidan por unas horas de sus roles de madres, esposas, empleadas. Se ponen las botas de jugar fútbol y salen a las canchas a participar en los diferentes torneos que se realizan en canchas españolas. Algunas jugadoras nos contaron cómo se animaron a practicar este deporte que poco a poco se les ha convertido en una pasión.

TEXTO Y FOTOS: ADELAIDA VILLAMIL SUÁREZ

A María Reina Rivas le encanta jugar baloncesto y por eso cuando llegó a Madrid, hace 5 años, no dudó en buscar torneos de ese deporte.. En su búsqueda dentro del colectivo inmigrante sólo se encontró con torneos de balompié. Al comienzo sólo se acercaba a las canchas para ver jugar fútbol a sus hermanos pero le pudo más su amor al deporte y decidió reencontrarse con el gol. “Cuando estaba en Bolivia haciendo mi carrera de Educación Física participamos con el equipo de fútbol de la universidad en ocho ligas diferentes y nos fue bien” nos comenta esta jugadora boliviana de 25 años mientras se limpia una herida que se hizo cuidando la portería de su equipo, Milanvinto, con el que participa en el torneo que organiza la Asociación Deportiva Boliviana, LIDEBOL. Espera poder seguir jugando y lo hará mientras su trabajo de limpieza por horas le permita tener libres los fines de semana, que es cuando se juegan estos campeonatos.

Cinco horas de fútbol al día
La pasión de la boliviana Mabel Juárez Valderrama, de 22 años, es el fútbol. Una prueba de ello es que forma parte de siete equipos. La abordamos luego de terminar un partido en las canchas del Doce de Octubre de Madrid mientras se cambiaba, a toda prisa, para acudir a otro compromiso deportivo. “Depende mucho de la programación de los torneos pero casi todos los domingos juego cinco partidos de fútbol. Algunas veces sólo alcanzo a jugar el segundo tiempo o me tengo que ir en el descanso a otra cancha. Pero lo importante es darlo todo por el equipo” cuenta entre risas esta joven nacida en Cochabamba. Y, como si fuera poco, además de las cinco horas de fútbol dominicales hace todo lo posible por entrenar un par de horas los viernes en la noche. Esto no depende tanto de ella sino de que pueda salir a tiempo de su trabajo como empleada doméstica en el que por fortuna, como dice ella, libra los fines de semana.
Pero no es la única. Por el contrario varias bolivianas y futbolistas inmigrantes de Latinoamérica en general se la pasan los fines de semana sudando camisetas en diferentes torneos. Lucy Ala, nacida en Cochabamba, empezó a jugar el deporte que la apasiona dos años después de llegar a España pues no sabía de la existencia de este tipo de campeonatos entre los extranjeros. En tan sólo tres años ya ha conquistado siete medallas aunque no las tenga todas con ella. “Lo que pasa es que no me he podido quedar en la premiación de todos los torneos porque han coincidido con otros partidos a los que no puedo faltar. Únicamente tengo cuatro medallas las otras supongo que me las tienen guardadas” dice esta joven que empezó a practicar el fútbol a 12 años de edad.

Y qué dicen ellos
José Magne Guzmán, presidente de LIDEBOL, comenta que cuando intentaron organizar el primer torneo femenino difícilmente podían conformar un equipo sólo con chicas bolivianas.. Pero todo indica que no era por falta de talento sino porque al ser un colectivo reciente había otras prioridades y que una vez solventadas dieron paso al deporte. La muestra de ello es que este año en el torneo que organiza LIDEBOL participan 12 equipos con un total de 240 jugadoras. “El nivel de competencia de las chicas es alto a tal punto que ya participaron en la Liga de Campeones y consiguieron un honroso segundo puesto” añade el directivo.
Sólo hay una cosa que diferencia la programación de un torneo de mujeres al de hombres y es el mes de descanso que hay que darles a ellas en verano. “La mayoría de chicas trabajan en el servicio doméstico y en agosto se tienen que ir con sus jefes a la playa y no tuvimos más alternativa que parar por la temporada” puntualiza el presidente de la Asociación.
En las gradas también encontramos a esposos, hijos y entrenadores que coinciden en que las mujeres también juegan fuerte no tanto como los hombres pero aseguran que “son hábiles a la hora de meterle el codo y empujar a sus contrincantes”. Máximo Romero, delegado del equipo Milanvinto, dice que algunas jugadoras no tienen con quien dejar a sus hijos y antes que perderse el partido los llevan a las canchas. Las jugadoras no lo ven como algo negativo pues consideran que es un buen ejemplo para los pequeños. Los directivos de las asociaciones, por su parte, ya están programando para el próximo año campeonatos infantiles de modo que toda la familia tenga espacios de entretenimiento.

Por amor al deporte
Como en cualquier actividad deportiva el tener patrocinador facilita las cosas a los competidores. Ladi Lizbeth Ayala Flores, otra de las jugadoras bolivianas, comenta que al principio de la liga tuvieron que jugar con los uniformes que les prestaban los chicos. Luego les regalaron las pantalonetas y después llegaron las camisetas. Semanalmente cada una de las jugadoras del equipo debe aportar dinero para pagar el arbitraje del partido pero eso en realidad a ellas no les preocupa. Lo que quieren es hacer rodar el balón cada fin de semana.

El dato
La edad mínima para jugar fútbol en las diferentes ligas es de 15 años y no hay una edad máxima. Por eso se puede encontrar jugadoras de 50 años disputándose el balón con las más jóvenes.

La cifra
En España actualmente se juegan 6 torneos de fútbol en los que participan aproximadamente 800 bolivianas. En la comunidad de Madrid es donde más se ha fomentado su práctica. Murcia está en segundo lugar.

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