El ingeniero peruano Óscar Zavala fue evacuado esta semana de Trípoli, Libia, por Repsol, la empresa en la que trabaja desde hace dos años. En Madrid cuenta que desde el domingo pasado la situación se agudizó y el miedo era palpable en Libia. Sus hijos viven en Barcelona. Aliviado, recalca que no le importaría regresar a Libia si la situación se estabiliza para poder seguir ayudando a sus hijos, que viven en Barcelona, y a sus padres, que están en el Perú.
«Mi trabajo me encanta. Los mismos libios me dijeron – y la me lo habían dicho en Ecuador- que soy el número uno del mundo en levantamiento artificial con bombeo electrocentrífugo. Mis proyectos han sido recogidos por las compañías fabricantes de equipo, son mis ideas. Ahorita eso es lo que he llevado allá, cosas que han trabajado en Perú en condiciones de Perú, en Andoas, Iquitos, con Occidental, con la que trabajé durante 25 años. Mi trabajo me gusta», indica. (Texto y foto: Yolanda Vaccaro).
Añade: «Conmigo Repsol se ha portado. Se lo debo a mi hijo que me consiguió este trabajo desde el cielo, falleció hace tres años a los 27 años de edad. Es un milagro estar trabajando aquí con Repsol. En Perú ya nadie contrata a personas de mi edad. Tengo contrato de tres años. Mi hijo menor, de 27 años, es sordo. Tiene un implante coclear, toma clases y terapia en Barcelona, va y viene de Barcelona a Trípoli. Acabo de hablar con él y ya le entiendo perfectamente. Estoy feliz porque he escuchado a mi hija y a mi hijo le he entendido mejor. Con lo que gano ayudo a mis hijos, no puedo tener nada pero les he dado mejor calidad de vida a ellos y a mis padres». (Texto y foto: Yolanda Vaccaro)