Ocio Latino.- Una multitud que sorprendió en el barrio de Carabanchel abarrotó el Palacio Vista Alegre de Madrid para ver en escena a ‘El Rey de la Bachata’ Romeo Santos, que se presentaba por primera vez en la capital como solista, después de conseguir un vertiginoso ascenso en su trayectoria y dejar a su ex Grupo Aventura.
Los dueños de las cafeterías y bares de la zona nunca habían oído hablar de este artista y muchos latinoamericanos tampoco lo identificaban con facilidad, si no se les mencionaba a su ex grupo, o conocidas bachatas como ‘Obsesión’. Pero esto no ha sido obstáculo para la eficiente convocatoria realizada desde la promotora del evento que consiguió colgar el cartel de aforo completo unos días antes.
Desde que desenfundaron en el escenario el trono dorado y giratorio que Santos usa en sus apariciones, se escucharon aplausos y gritos de sus seguidores que se entregaron muy rápido a su artista y no dejaron de cantar a coro cada una de las canciones de su nuevo disco, lo que se resume como otro éxito más, teniendo en cuenta que la música de Santos no está programada en radiofórmulas de emisoras españolas . Tampoco se perdieron de cantar a gritos la conocida canción ‘Noche de sexo’ que escribió para Wisin y Yandel, donde Santos demostró que puede llevar a su estilo cualquier tema gracias a su agudeza musical, y que sumados a las provocativas poses con su cuerpo de gimnasio, consiguen esa explosiva mezcla que desata el fenómeno fan o la histeria colectiva como la de esa noche, con un público de diversas nacionalidades que no se cansó de lanzar sus señas de identidad al escenario. Santos acumuló banderas de Ecuador, Perú, Colombia y República Dominicana, además de bufandas, peluches y gorras. Pero éstas manifestaciones de euforia y cariño a este neoyorquino, de ascendencia dominicana y puertoriqueña, fue poca comparada con las lágrimas de alegría de jóvenes latinoamericanas adolescentes que lloraban y bailaban ‘Obsesión’, la bachata que sonó con éxito en muchos países y que Santos escribió cuando estaba con el grupo Aventura.
Fueron casi dos horas donde Santos desarrolló un espectáculo apoyado en efectos especiales y algunos extensos juegos y debates con el público que le sobraron y emborronaron su impecable actuación.
El público disfrutó, bailó y hasta lloró viendo a Romeo Santos ‘El Rey de la Bachata’, al que le esperaba después del concierto una inmensa limusina blanca para llevarlo a descansar a su hotel antes de proseguir su éxito por Europa./JLS