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Casi 100 mil damnificados por desborde de ríos y deslizamientos de tierra en Perú

EL PAÍS AFRONTA EL GOLPE UNIÉNDOSE ANTE LA TRAGEDIA.

Desde Lima, Mabel Barreto / Ocio Latino .- Perú terminó la tercera semana de marzo con 75 peruanos y peruanas menos, fallecidos directamente por la emergencia climática. Además de esta pérdida, en este momento suman casi 100 mil los damnificados y 157 mil las viviendas afectadas.

Son las cifras que deja hasta el momento –domingo en la noche en Lima- una de las peores tragedias climáticas que vive el país.

El “Niño costero”, calentamiento anómalo en la costa peruana, está produciendo tal cantidad de humedad que se desencadenan fuertes e incesantes lluvias las que, a su vez, están originando los huaycos (deslizamientos de tierra) y el desborde de los ríos a lo largo de la costa norte y llegando por el sur hasta Arequipa.

Y una emergencia conlleva otra: el desborde de los ríos colapsa los puentes. En Lima, por ejemplo, ya son 30 los puentes destruidos.

Los desbordes, los huaycos y la destrucción de puentes dejan poblaciones aisladas, afectadas y sin agua. La emergencia se extiende a 13 de las 24 regiones del Perú.

Por eso, aunque esta vez el Estado peruano está desarrollando un papel más activo y organizado que en anteriores emergencias, toda la ayuda resulta insuficiente: hay que rescatar y salvar a los pobladores aislados, heridos o en peligro de ahogamiento. Intentar recanalizar las aguas. Construir muros de contención y diques para evitar nuevos daños. Para ello se han movilizado a todas las Fuerzas Armadas y Policiales, helicópteros, maquinaria pesada, buques de la Marina, hidrojets y todo tipo de unidades móviles.

De momento no se ha podido reubicar a los pobladores damnificados, que lo han perdido todo pero insisten en dormir al costado de sus casas inundadas, cuando el nivel del agua lo permite. En los mejores casos, están cobijados bajo carpas.

“Una sola fuerza”
En medio de tanto descalabro, el país que vivió tragedias como una guerra interna, crisis inflacionaria y emergencias como el terremoto del 2007 en Ica; ha echado mano de dos bienes inagotables: ingenio y solidaridad. Y también las TICs (tecnologías de la información y la comunicación).

El presidente Pedro Pablo Kuczynsky envió un mensaje de confianza utilizando la telefonía móvil: “Compatriotas, estamos trabajando sin descanso para llegar con la ayuda necesaria a nuestros hermanos damnificados. Mantengámonos unidos y en calma. PPK”. A este SMS le siguió otro, en el que invocaba a la unidad y a mantenerse informados en la página www.unasolafuerza.pe

Creada en tiempo récord, a través de esta página se informa de las acciones que se están realizando. Incluye un formulario para ser llenado por quienes quieren realizar labores de voluntariado. Muchos jóvenes se han inscrito ya y están participando en la recolección y distribución de ayuda.

Sin necesidad de ponerse las botas y de aparecer ante las cámaras caminando en medio del lodo para ayudar a los damnificados, PPK lidera, junto con el Primer Ministro, Fernando Zavala; el Comando de Operaciones de la Emergencia Nacional (COEN).

A través del COEN se está distribuyendo la ayuda, pero también el trabajo. Se ha asignado cada región afectada a un ministro integrante del gabinete. Sin renunciar a su especialidad, los ministros están liderando acciones de salvataje y operaciones diversas. Así, el ministro de Cultura, el actor Salvador del Solar, dirigió el fin de semana a un equipo de trabajadores del Ministerio de Vivienda y Construcción que manipulaban maquinaria para construir un dique, de modo que no ingresara más el agua a Carapongo y Huachipa, en Lima.

La empresa privada también ha reaccionado. Empresas fabricantes de aguas gaseosas y de cervezas como Coca Cola Perú y Backus han anunciado que durante un tiempo diversificarán su producción para embotellar agua, que entregarán como donación. La asociación de bancos informó que reprogramarán las obligaciones crediticias de clientes que viven en las regiones afectadas.

Lima sin agua
Y Lima vivió este fin de semana su tercera jornada de emergencia y sin agua en los domicilios.
Sedapal, la compañía estatal encargada de la captación, limpieza y distribución del agua en la capital, informó que ésta viene tan cargada de barro y suciedad que limpiarla le está tomando más tiempo que el usual.

El río Rímac, principal abastecedor de agua de Sedapal, al que los limeños llamamos “río hablador”, ha pasado a exhibir un vozarrón cuando al venir muy cargado genera deslizamientos de lodo y agua (los famosos “huaycos”), que luego caen en estampida fuera del cauce, afectando en sus recorridos a las viviendas ubicadas cerca de las laderas.

Salir a las calles es enfrentarse a las imágenes de la emergencia en el propio barrio: los vecinos hacen cola en los parques públicos, donde pueden coger algo de agua de la grifería destinada a regar las plantas o de pozos subterráneos. En ocasiones, como ocurrió en la Plaza San Martín, la gente echa en sus cubos el agua de las piletas.

Con temperaturas que oscilan entre los 27° y 30° grados Centígrados, el panorama es agobiante. Pero pocos se quejan, porque las imágenes de quienes lo han perdido todo por vivir cerca de los ríos, que la televisión emite permanentemente, expresan lo afortunados que somos en medio de la crisis.

Tener agua durante tres horas al día, lo que obliga a racionalizar su uso y reutilizarla, es la desgracia menor en este momento.

El sábado 18 el gobierno declaró en emergencia a 15 distritos de Lima provincia y a 3 ubicados en el Callao. En toda la región Lima son 42 distritos. En todo el país son 811 los distritos declarados en emergencia.

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