Ocio Latino.- Tres colombianos vivían en condiciones inhumanas en una granja en Lugo, donde trabajaban, dormían en un colchón con los muelles reventados, comían y bebían agua que recogían del río.
El diario El País publicó la noticia sobre la detención de una empresaria que supuestamente habría contactado con los colombianos en su país con la promesa de que al llegar aquí regularizarían su situación y disfrutarían de un contrato de trabajo en su granja. Sin embargo, los mantenía trabajando en condiciones inhumanas por 600 euros al mes, sin ningún derecho laboral ni asistencial durante seis días a la semana, 11 horas cada jornada en un régimen de semiesclavitud.
Según describe la policía, el lugar tenía “un olor nauseabundo, humedad en el techo y ratones muertos por el suelo”. Un espacio situado sobre la nave de 1.000 porcinos comunicada con una escalera era su única vivienda.
Jhon Henry Hincapié, uno de los tres hombres colombianos, pudo escapar y denunciar los hechos, después de tener “problemas de salud» y aliviarse solo con «los pocos fármacos que ellos habían traído de Colombia”, además había sufrido “la mordedura de un cerdo en una nalga y no lo llevaron al hospital” según detalla su abogado.
La empresaria detenida se enfrenta ahora a una investigación por presunta trata de seres humanos y delito contra los derechos de los trabajadores. Mientras tanto, las tres víctimas colombianas tendrán tres meses de plazo para regularizar su estancia en caso decidan quedarse a vivir en España.