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Indignación en París por una discoteca que rinde tributo a Pablo Escobar

Indignación en París por una discoteca que rinde tributo a Pablo Escobar

Ocio Latino-. Meseras ataviadas con chalecos antibalas, el rostro de Pablo Escobar pintado en los muros y la banda sonora de la serie ‘Narcos’ como música de fondo. Bienvenidos a Medellín, una exclusiva discoteca en el corazón de París, que ha causado la indignación de colombianosAquí «se bebe, se come, se baila y se mata», rezaba la invitación a la fiesta de inauguración de este club nocturno que abrió en noviembre en uno de los barrios más prestigiosos de la capital francesa y que se ha convertido en uno de los lugares de encuentro preferidos de la juventud pudiente parisina.

En su fachada no hay ningún letrero identificativo. Siguiendo la tendencia de los bares escondidos, el Medellín está oculto detrás de una taquería, «Chez Pablo», en la que se puede degustar un Pacho Herrera, un taco vegetariano bautizado en honor al tercer cabecilla al mando del Cartel de Cali, o un «Hijo de puto», un taco de caviar por 90 euros (unos 105 dólares).

https://www.youtube.com/watch?v=myp9tzU_x7k

Pero «¡Cuidado! Entrar en el cártel más célebre de todos los tiempos no es fácil. Hay que someterse a la ceremonia ‘plata o plomo’ con Popeye, el patrón de la taquería» y lugarteniente de Escobar, advertía la convocatoria a la velada de apertura que circuló en las redes sociales.

En su entrada, recubierta con espejos desde el techo hasta el piso, se escucha en bucle el tema «Tuyo» de Rodrigo Amarante, la canción introductoria de la exitosa serie «Narcos» en Netflix, que explora la historia del gran capo colombiano de la cocaína.

En la sala principal, hay varias referencias al universo del narcoterrorismo. «Medellín es una ciudad muy bonita, pero construida sobre un cementerio, esto está lleno de muertos, fue una orgía de sangre», se lee en un muro.

En un pasillo los fiesteros pueden descubrir el organigrama del cártel de Medellín, que lideraba Escobar, mientras beben un cóctel a base de tequila llamado María Victoria, en honor a la viuda del barón de las drogas.

Todas estas referencias a la narcocultura no parecen incomodar a los juerguistas que bailotean al ritmo de Juan Luis Guerra, Héctor Lavoe o Willie Colón. «No queremos contrariar a los colombianos. Estamos aquí simplemente para divertirnos y bailar», explica Léa, una parisina de 23 años.

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