Ocio Latino-. Kiko Rivera e Irene Rosales fueron los encargados de estrenar la «curva de la vida» en ‘Gran Hermano Dúo, donde el hijo de la artista abrió su corazón ante los telespectadores. «Es muy complicado, Jorge, pero te voy a ser sincero. En un determinado momento de mi vida, y de donde viene gran parte de mi depresión,tuve adicción a las drogas. Lo pasé muy mal. Tenía unas compañías muy malas. Todos los bajones que tuve en mi vida pensaba que se iban a solucionar con eso. Gracias a mi mujer, a mi madre y a mis amigos de verdad he conseguido salir de ese mundo. Quiero decirle a la gente que se puede salir y que eso es muy malo, solo da problemas», confesó el DJ, visiblemente emocionado, quien aseguró estar superando su problema a base de médicos, psicólogos, lucha y amor.
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Isabel Pantoja e Irene han sido fundamentales en la recuperación del artista que, tras un año y medio «limpio», continúa tratando su enfermedad. Tanto es así que Kiko decidido poner punto y final a su adicción el día en que su mujer llama a Isabel Pantoja y le dice que su hijo tiene que hablar con ella. Irene, que daba fe de el durísimo relato en directo del padre de sus hijas, aseguró que no podía más con la situación y que contárselo a la cantante de copla fue lo más duro: «No quería por nada del mundo que su familia se enterara, pero era la única opción que me quedaba». «Seguramente mi madre hoy se sentirá orgullosa, gracias a ella y a mi mujer soy una persona nueva y una persona feliz, y se lo agradeceré a las dos eternamente hasta el día que me muera», continuó el sevillano, mientras enviaba un mensaje de esperanza a todos aquellos que puedan encontrarse en su misma situación: «Se puede salir».