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Alan García se suicidó cuando la policía llegó para detenerlo

Por Mabel Barreto / Ocio Latino /

A las 10:30am en Perú el secretario del expresidente Alan García Pérez informó que éste falleció. Murió en la sala de operaciones del Hospital de Emergencias Casimiro Ulloa, donde un equipo de 27 médicos y profesionales de la salud trató de salvarle la vida luego que él mismo se disparara a la cabeza cuando la policía se apersonó en su domicilio para detenerlo.

Según informó el ministro del Interior, Carlos Morán, cuando la policía llegó a las 6:30am para cumplir una orden judicial, García Pérez dijo que llamaría por teléfono a su abogado y se encerró en su habitación, donde instantes después sonó un disparo. Los mismos policías que llegaron para detenerlo lo trasladaron aún con vida al hospital Ulloa.

Los peruanos, aún estábamos enterándonos de la orden de detención en su contra por los presuntos delitos de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión en el marco del Caso Odebrecht; cuando a las 6:40am Canal 4 trasladó sus cámaras de la sede de la Prefectura de Lima, donde llegan los detenidos, hasta el Hospital Casimiro Ulloa e informó que se le internaba de urgencia por el intento de suicidio. Minutos después se vio llegar al hospital a su hijo, Alan Simón García Nores.

El juez accedió al pedido de detención del fiscal del equipo especial Lava Jato José Domingo Pérez, quien viene investigando al dos veces presidente del Perú (1985-1990 y 2006-2011) desde hace meses. Este pedido se concretó tras las últimas revelaciones de los ex empleados de la constructora brasileña Odebrecht, quienes, según se supo días atrás, confirmaron pagos de hasta cuatro millones de dólares a funcionarios del gobierno de García.

Merced a un acuerdo de colaboración firmado con la fiscalía peruana, Odebrecht comenzó a entregar pruebas del pago de cuatro millones de dólares al exsecretario de la Presidencia y exministro del gobierno aprista, Luis Nava, considerado la mano derecha de García durante su segundo mandato.

En entrevistas, en múltiples declaraciones públicas y a través de sus cuentas en redes sociales, García negó siempre toda responsabilidad en hechos ilícitos. “El que nada debe, nada teme”, era una de sus frases más conocidas.

Al morir, las investigaciones en su contra cesarán. No así las que involucran a los funcionarios de su entorno comprometidos en las investigaciones sobre los delitos, como Luis Nava, internado en una clínica desde hace 48 horas; Miguel Atala, ex presidente de Petro Perú; los hijos de ambos y otros como el ex ministro Enrique Cornejo, el único que se ha entregado a la justicia voluntariamente.

Alan García fue también enjuiciado por corrupción durante su primer gobierno. En ese caso, se trató de sobornos de la constructora italiana encargada de hacer el tren eléctrico. Él y su familia permanecieron en el extranjero hasta que los delitos prescribieron.

En diciembre pasado, el gobierno de Uruguay le negó el asilo político.

Hoy, preguntados/as sobre su opinión respecto al suicidio del ex presidente, muchos peruanos y peruanas de a pie señalan que no enfrentar a la justicia es un acto de cobardía.

El megaescándalo de corrupción en las obras públicas de Odebrecht alcanza también a los ex presidentes de Perú Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Kuczynski.

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