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Familia colombiana con niños duerme a la intemperie pese al descenso de las temperaturas

Ocio Latino-. Desde la noche del domingo más de una decena de personas volvió a pernoctar  a las puertas del Samur Social en el céntrico barrio de La Latina, pero la situación está lejos de solucionarse.

Aunque la competencia para acoger a las personas solicitantes de asilo es de Ministerio de Trabajo y Migraciones, la lista de espera existente para formalizar la solicitud de asilo está dejando a decenas de personas en la calle mientras esperan entrar en el sistema de acogida estatal.

Diferentes testimonios cuentan que, después de solicitar sin éxito ayuda a Cruz Roja, que recibe la subvención del Gobierno para el refuerzo de la actuación de primera acogida en el sistema de atención humanitaria, han recurrido a los servicios municipales de emergencias.

Sin embargo, en la sede del Sammur Social también se han encontrado con las puertas cerradas. Una valla custodiada 24 horas por un guardia de seguridad impide su acceso al portal del edificio donde poder cobijarse del frío y la lluvia, como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores. El bloqueo también impide el acceso al baño.

Carolina lleva cinco días en España. Llegó al aeropuerto de Barajas junto a su hijo, después de huir de Colombia. “Los primeros tres días los pasamos en un hostal, pero el dinero no alcanza para más, así que ayer pasamos la noche caminando de un lado a otro, porque no tenemos a dónde ir”, lamenta la mujer, mientras su hijo, en un gesto espontáneo y cariñoso, le acaricia el pelo.

“Una persona nos dijo que aquí -en SAMUR- nos podían ayudar, pero de momento nada”, se queja. Madre e hijo saben que todo apunta a que les tocará pasar otra noche más a la intemperie, esta vez a las puertas de la central de los servicios de emergencias de Madrid, donde aguardan la esperanza de ser atendidos en algún momento. “No me quiero mover de aquí porque no quiero perder el sitio por si de repente se libera alguna plaza”, dice la mujer, abrigándose con unas mantas térmicas que les ha dado Sandra, una vecina que cada noche se acerca a hablar con la gente que llega en busca de refugio y se encuentra con el cerrojazo de las administraciones locales, autonómicas y estatales.

 “Al menos a mi mujer y a mi hija les han dejado utilizar el baño durante el día”, explicaba Jaime, otro colombiano que salió de su país si ninguna hoja de ruta.  Sobre las 10 de la mañana de este martes han podido entrar en la sede del Samur, aunque aún no sabe si podrán pasar la noche allí o si volverán a la calle. Este colombiano llegó junto a su familia a Madrid también hace cinco días y lo primero que hicieron fue pedir asilo político. Según su relato, el negocio que tenía junto a su hermano de compraventa de motos de segunda mano fue amenazado y se tuvieron que marchar.

Este martes está previsto una reunión  entre el delgado de Bienestar Social, José Aniorte, y el consejero de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de Madrid, junto con la secretaria de Estado de Inmigración y la subsecretaria del Ministerio del Interior, para afrontar esta situación que afecta a decenas de familias que huyeron en busca de refugio.

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