Por: Víctor Sánchez Rincones
Ocio Latino-. La pandemia que está sufriendo la humanidad es un golpe de humildad para todos esos artistas que salen en las redes sociales mostrando sus lujosos coches, millones de dólares en relojes, cadenas de diamantes, casas de ensueño, y aviones de más de tres y ocho millones de dólares.
¿Dónde están ahora todos esos lujos? Guardados en una gaveta, en un garaje, mientras millones de personas mueren y pasan necesidades abismales.
En una entrevista reciente a Ozuna, comentó que tenía más de 30 relojes, y seis de ellos le fueron hurtados hace poco en Los Angeles, y el costo de lo sustraído rondaba los dos millones de dólares.
El propio artista reconoció que apenas termine esta pandemia va a vender todo, hasta un Ferrari que tiene en su casa de Puerto Rico, porque se ha dado cuenta de que lo más importante en esta vida no es lo material, sino la vida, el amor de la familia y los alimentos.
Ahora qué va a pasar con el mundo de la música, si los expertos anuncian que se viene lo peor en esta industria a nivel conciertos. Se hablan de billones en pérdidas, y miles de personas de esta industria sin trabajo. Es tan grave la situación que nadie se atreve, ni los propio gobiernos, en pronosticar una salida a este drama en la industria musical. Es por eso que ahora más que nunca los artistas ostentosos, egocéntricos, y que se creen los reyes del mundo, tienen que replantear sus vidas, y entender que no hay nada más importante que la salud y el respeto a aquellos seres que hoy día no tienen un respirador, ni un tapabocas para poder evitar esa enfermedad que está matando a miles de personas en todo el mundo.
No he visto a ninguno de esos millonarios donar cantidades de dinero para la causa, todo lo contrario, han aprovechado este drama para publicitarse en las redes sociales, y seguir aumentado su fama y riqueza para beneficio propio.
Hace poco veía un vídeo donde salía una mujer con unas zapatillas y un móvil, y daba a entender, que había personas que no tenían con qué comer, pero sí para comprarse los caprichos de moda. Y les mandaba el siguiente mensaje a todos aquellos que vivían de las apariencias: «¿Ahora qué?», se van a comer todos esos lujos que ahora no sirven para nada.
Si en algún momento algunos de estos artistas de moda llega a enfermar de nada les va a servir todo eso que ostentaban en las redes sociales, porque ni las joyas, ni los coches de alta gama, podrán llevárselo a la tumba, y sus familiares no los podrán a acompañar a su última morada, y morirán como perros abandonados a su suerte.