Paraguay acude este domingo 30 de abril a las urnas para elegir nuevo presidente entre el continuismo de Santiago Peña y su formación, el conservador Partido Colorado, y la Concertación, una coalición con fuerzas progresistas encabezada por el ya tres veces candidato Efraín Alegre.
Las diferencias entre sondeos, la falta de debates televisivos, y la fuerte polarización de la sociedad marcan unas elecciones en las que, sin segundo turno en el envite presidencial, unos 4,8 millones de paraguayos –repartidos en varios países del mundo– también elegirán la composición de las dos cámaras del Congreso, a los gobernadores de los 17 departamentos y sus juntas gubernamentales.
La propuesta de la Asociación Nacional Republicana (ARN) –más conocido como Partido Colorado– es Santiago Peña, exministro de Hacienda y apuesta del expresidente Horacio Cartes. Esta campaña ha evidenciado las casi irreconciliables posiciones dentro de esta formación, que ha gobernado Paraguay prácticamente sin interrupción desde hace más de siete décadas.
Tanto Cartes como el ahora presidente, Mario Abdo Martínez, se han lanzado durante las primarias del partido fuertes y nada disimuladas acusaciones, todas ellas relacionadas con las supuestas corruptelas de uno y otro.
En medio, Peña, quien se impuso al candidato de Abdo Martínez, Arnoldo Wiens. Las primarias dejaron en evidencia la fuerte división que existe en el partido, con ambos apadrinados lanzándose gruesos ataques, aunque luego representaron una suerte de tregua con un abrazo simbólico tras el triunfo del primero.
La campaña de Peña también ha estado marcada por las acusaciones que Estados Unidos lanzó contra Cartes, a quien el Tesoro bloqueó todas sus cuentas en ese país por su supuesta connivencia con el crimen organizado. El Partido Colorado –que preside– no ha tenido acceso a créditos bancarios para financiar actos electorales, lo que ha provocado que algunos hayan exigido su renuncia.
La defensa de los valores tradicionales y el combate a la inseguridad han sido los dos principales mantras de su campaña, así como la creación de medio millón de empleos, bajar el precio de los combustibles y facilitar el acceso a la vivienda.
En campaña, Peña ha estado intentado armonizar un discurso pegado a las élites empresariales y económicas –a las que debe gran parte de su apoyo– con otro de tintes populistas y clientelares, sabedor de que los problemas con la justicia de su padrino ha podido espantar el voto de los indecisos.
La oposición, por su parte, está liderada por Efraín Alegre, quien fue ministro de Obras Públicas durante el único mandato progresista de la historia reciente de Paraguay, el de Fernando Lugo, destituido por el Congreso durante un proceso marcado por las irregularidades.
Alegre ha apelado al cambio para salir de décadas de gobiernos colorados y poner en marcha reformas con las que acercar la salud, la educación, e internet, a amplios sectores de la sociedad. Ayudas para el sector agrícola, las madres solteras, o nuevas políticas para luchar contra la corrupción y la violencia contra las mujeres, son otras de sus propuestas estrella.
La Concertación para un Nuevo Paraguay es una coalición de catorce fuerzas que reúne a la mayoría de los grupos antagónicos de la ARN. Aunque la mayoría de ellos son de corte progresista, hay alguno del centro derecha, electorado que esperan convencer con la inclusión en la candidatura de Soledad Núñez, quien fue secretaria nacional de Vivienda en el mandato de Cartes.
En lo que respecta a las encuestas, estas oscilan entre un empate técnico entre Peña y Alegre, o bien una victoria ajustada de este último, que se impondría por un escaso margen de votos, entre un 1 y un 3 por ciento, como marca, por ejemplo, la empresa de análisis AtlasIntel.
Según estos datos, Alegre tendría un 34,3 por ciento de los votos, seguido muy de cerca de Peña, con el 32,8 por ciento. En tercer lugar destaca el ascenso del candidato del ultraderechista Cruzada Nacional, Paraguayo Cubas, que alcanzaría el 23 de los apoyos, ocho puntos más que la encuesta de hace un mes.
Más atrás quedan las candidaturas del varias veces ministro Euclides Acevedo –3 por ciento–, o la muy residual del que fuera portero de fútbol de la Selección de Paraguay y varios clubes, José Luis Chilavert –1,2 por ciento–./ Europa Press