Si hay una ausencia que ha llamado especialmente la atención en la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva esa es sin duda la de Enrique Iglesias. A pesar de que muchos apostaban porque el cantante estaría presente en el día más feliz de su hermana, su ‘fobia’ a los eventos multitudinarios provocó que diese ‘plantón’ a la marquesa de Griñón; algo que a ella no parece haberle sentado del todo bien.
Decepcionada, la socialité ha reconocido en declaraciones exclusivas a la revista ¡Hola! que «no entiende, pero respeta» los motivos que le ha dado el hijo de Julio Iglesias para no estar a su lado en uno de los momentos más importantes de su vida.
Tal y como desvela, habló con Enrique y este justificó su ausencia porque «no le gustan estos encuentros sociales». Tamara le propuso entonces acudir a la ceremonia religiosa para verla dando el ‘sí quiero’ al empresario -ya que el sacramento del matrimonio es lo verdaderamente importante para ella- y no quedarse a la fiesta, pero él declinó la invitación.
Y aunque no entiende la actitud de su hermano, intenta justificarlo con unas palabras que han desatado todo tipo de especulaciones acerca de un posible distanciamiento entre el artista y el resto de la familia Preysler: «Para mí ese día es mucho más (que un acontecimiento social), pero cada de nosotros tenemos nuestras heridas, nuestras situaciones».
Además, la marquesa deja entrever que su relación con su hermano no sería demasiado fluida, ya que como revela, habría sido Ana Boyer quien habló con él y a quien le excusó su ausencia en la boda de Tamara porque «tenía un concierto en Los Ángeles».
Un compromiso profesional que por cierto no aparece en la página web de Enrique, que tras actuar el pasado viernes en Albania -a pocas horas en avión de Madrid, lo que sin duda hubiese facilitado su asistencia al evento- ha regresado a su mansión de Miami con Anna Kournikova y sus tres hijos -los mellizos Lucy y Nicolás, de 5 años, y Mary, de 3- y está disfrutando de unos días de descando antes de su próxima actuación, que tendrá lugar el 20 de julio en el Yaamava’ Theater en California, Estados Unidos.
Ajeno al revuelo que se ha creado en España por no haber acompañado a Tamara en un día tan especial -algo que por otra parte muchos esperaban, puesto que tampoco acudió a las bodas de sus hermanos Julio José Iglesias y Ana Boyer precisamente por su ‘alergia’ a las celebraciones mediáticas con exclusivas de por medio-, Enrique guarda silencio y tampoco ha hecho un guiño a la marquesa de Griñón en sus redes sociales ni la ha felicitado públicamente tras su ‘sí quiero’./ Europa Press