La crisis ha frenado muchas actividades en las que los inmigrantes estaban inmersos. Actividades sociales, culturales; se han visto afectadas por la hecatombe financiera internacional. En cuanto a lo deportivo, las cosas son diferentes.
Hasta hace unos meses, algunos dirigentes de las ligas de fútbol barrial, veían con recelo el inicio de la nueva temporada. Ellos creían que con el aumento de desempleo; el retorno de miles de inmigrantes a sus países, y con la escasez de dinero en los hogares, los equipos se retirarían masivamente de las ligas, pero eso no ha ocurrido.
Al contrario, muchas organizaciones latinoamericanas han experimentado un importante crecimiento en el número de clubes participantes.
El sábado 12 de septiembre se inauguró el campeonato 2009-2010 de la Liga Alianza Ecuatoriana. Miles de aficionados, hinchas, curiosos y deportistas, se acercaron al Parque Manzanares de Madrid, para disfrutar de la ceremonia.
Un total de 93 equipos; 20 más que el año pasado, son los protagonistas de esta nueva competición, lo que demostró una ves más el poder de convocatoria del deporte rey.
Doña Manuelita Simbaña que asistió al evento para acompañar a su nieto de 16 años me confesaban que cuatro miembros del núcleo familiar están en el paro, pero, a pesar de todo, ella cree que el deporte es una medicina natural para relajarse y olvidar durante 90 minutos que dura un partido, de la tragedia económica de muchas familias.
Don Juan Collando, un quiteño cuarentón que se resiste a colgar las botas, está sin empleo hace casi seis meses. Él juega en uno de los clubes de la Liga en el que hay algunos que viven la misma situación. Don Juan asegura que pasar un rato entre amigos, alejado de la dura realidad de un desempleado, es una terapia positiva.
Hace doce años, cuando los ecuatorianos vivimos el boom de la emigración, encontrábamos en parques y canchas madrileñas a gente haciendo deporte. Eso dio paso a la formación de campeonatos mejor organizados.
Esperemos que sea así. Que haya fútbol integrador para rato.
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