Ocio Latino-. Javier Negre, un periodista español quien visitó algunas ciudades de Colombia en medio de un trabajo de reportería, calificó al país como un ‘narcoestado’ al indicar que en Medellín “las organizaciones de narcotráfico siguen controlando absolutamente todo”. Las declaraciones las hizo en un programa radial de la cadena española Cope.
En medio de la transmisión del programa le preguntaron sobre su visita a Colombia, a lo que el periodista respondió: “la realidad actual es bastante preocupante, nada tiene que ver con los anuncios turísticos del Gobierno de Colombia de que allí el narcotráfico pasó a mejor historia”.
En medio de sus críticas, hizo referencia a la tumba del narcotraficante Pablo Escobar y aseguró que esto hace parte del atractivo turístico de la ciudad, sobre todo por la influencia de la serie ‘Narcos’ emitida por Netflix. Además, según él, Medellín es una ciudad controlada por las mafias.
“Si tú quieres abrir una panadería tienes que pedirle permiso al jefe de la mafia local. Si tú tienes un problema con un vecino es probable que ese vecino te pueda mandar matar por un precio de 5 euros”, dijo.
El comunicador no paró ahí e indicó que Cali, sin visitarla, es una de las ciudades más peligrosas de la región y que el ‘tussi’ o ‘cocaína rosada’ es una droga muy común en la ciudad sobre todo por las prostitutas que la usan para pasar más tiempo con los clientes extranjeros.
De Cartagena, dijo que es una ciudad repleta de prostitución, sobre todo ejercida por menores de edad. “Es sorprendente llegar a las 7 u 8 de la tarde a la ‘Puerta del Sol’ de Cartagena, que es la Plaza del Reloj, y ver allí a 300 o 400 mujeres que por 10, 15 o 20 euros están vendiendo su cuerpo”.
La visita del periodista se dio con el objetivo de crear el guion de una serie que contará la vida de una banda de narcotraficantes españoles que tenían relación con los extintos carteles de Medellín y Cali.
Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar y muchos criticaron sus afirmaciones al indicar que el país ha hecho un esfuerzo muy grande para deslegitimar esa imagen.