Ocio Latino.- No se le adora ni se le ponen velas. Tampoco se le colocan estampas religiosas. Sólo se le piden cosas, para lo cual se le amarra lo que se está solicitando.
Símbolo de la abundancia y la buena suerte en el altiplano andino, su nombre significa simplemente “enano”, y tiene un monumento en la ciudad de Puno (Perú), hasta donde acuden los pobladores a pedirle fortuna en sus negocios.
Se le representa en yeso, plata, oro o bronce y muestra siempre la figura de un enano vestido a la usanza andina, con poncho, sandalias o zapatos y chullo (gorro) de lana, mostrando una sonrisa burlona y un ralo bigote. Tiene la boca abierta lista para fumar y sus manos sujetan paquetes con productos alimenticios, dinero en miniatura. Sus creyentes le colocan también televisores, radios, casas, animales, dólares, euros o todo lo que deseen conseguir.. Luego le encienden un cigarrillo, con la esperanza que los deseos pedidos se cumplan.
Se dice que sus orígenes se remontan a tiempos prehispánicos, y que los antiguos peruanos ya conocían su poder para favorecer con la buena suerte a quienes confiaban en él. Su fiesta principal se celebra el 3 de mayo.
Hasta España ha llegado el Ekeko y se le puede ver en algunos restaurantes y comercios regentados por peruanos y bolivianos, incluso se puede comprar alguno en tiendas especializadas de productos peruanos.