El 50,9% de las víctimas de trata de personas que recibieron ayuda integral de Proyecto Esperanza en España durante el último año procedían de América Latina, un porcentaje que ha aumentado considerablemente en cuatro años, pues en 2018 suponían el 28,9% del total de víctimas.
Así se desprende del informe elaborado por Fundación Mutua Madrileña y Proyecto Esperanza en el que se han analizado cerca de mil casos atendidos desde 2018 por el Teléfono 24 horas de la entidad.
Para contribuir a la sensibilización de la sociedad y a la identificación de los casos, la Fundación Mutua Madrileña y Proyecto Esperanza han analizado los datos de las víctimas atendidas por esta organización no gubernamental entre 2018 y 2021.
Esta entidad, vinculada a las Religiosas Adoratrices, está especializada en la atención y ayuda integral a mujeres víctimas de trata y ha lanzado, junto a la Fundación Mutua Madrileña, una campaña de concienciación para alertar de este delito y de la violación de derechos humanos que supone.
En el último año, Proyecto Esperanza detectó 136 casos de víctimas de trata, de las cuales 126 eran mujeres, 2 varones y 6 menores a cargo de sus madres. Seis de cada diez casos registrados (61%) fueron captadas y explotadas para fines sexuales y un 72% de las víctimas tenía menos de 24 años en 2018, un porcentaje que se ha ido reduciendo hasta el 55% en 2021.
En cuanto al origen de las víctimas atendidas, tras la procedencia mayoritaria de América Latina (50,9%), le sigue África, con un 44% de las personas atendidas. Colombia y Nigeria fueron los principales países de origen, seguidos de Venezuela y Camerún. Un 9,5% de los casos fueron de trata interna; es decir, la captación y el sometimiento tuvieron lugar dentro de las fronteras españolas.
España, según el Grupo de Expertos contra la Trata (GRETA) del Consejo de Europa sigue siendo principalmente un país de destino para personas objeto de trata, aunque en cierta medida también es un país de tránsito y origen. La gran mayoría (84%) de las víctimas de trata son mujeres y niñas tratadas con fines de explotación sexual.
Según el Balance Estadístico del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, dependiente del Ministerio del Interior) sobre Trata y Explotación de Seres Humanos en España indica que en 2020 se identificó formalmente por parte de las fuerzas de seguridad a un total de 269 víctimas de trata.
DIANA, UNA JOVEN QUE QUERÍA SER CANTANTE
El informe de Mutua Madrileña y Proyecto Esperanza recoge casos concretos como el de Diana, una joven de una zona rural boliviana que quería triunfar como cantante, se abrió un perfil de Facebook para publicar sus maquetas musicales y, a través de este canal fue contactada por un supuesto productor español que le propuso venir a España a grabar un video y que, en cuanto la recogió del aeropuerto, la encerró en su casa obligándole a realizar tareas domésticas y explotándola sexualmente.
Otros casos que recoge el informe son los de trata para explotación en servicio doméstico y matrimonio forzado, como el que sufrió Samira, una joven marroquí a la que una amiga de sus padres se ofreció para darle una educación y un futuro en España. La joven de 14 años fue explotada como asistenta del hogar sin ningún salario y, a los 18 años, la familia que le ofreció una vida mejor, preparó para ella un matrimonio forzado del que pudo escapar.
Chantal, una joven nigeriana, fue prostituída cuando llegó a España huyendo también de un matrimonio a la fuerza. En el viaje hasta Europa sufrió violencia física y sexual y consiguió llegar a España en una patera. A su llegada, Chantal fue obligada a ejercer la prostitución en un polígono industrial para saldar la deuda que le exigían quienes le organizaron el viaje. Actualmente Chantal ha podido recuperar su vida y su autonomía. Tiene permiso de residencia y de trabajo, ha podido estudiar con una beca del Proyecto Esperanza y trabaja como dependienta en una tienda.
CAMPAÑA
Con el título ‘Trata de personas, violación de derechos’, ambas entidades quieren llamar la atención sobre casos concretos de trata de personas que podrían pasar desapercibidos tanto para la población como para la propia víctima.
Esta iniciativa de concienciación social da continuidad a la ayuda que presta la Fundación Mutua Madrileña a la labor del Proyecto Esperanza. En concreto, en el último año, la ayuda de la Fundación Mutua ha ido destinada a un programa de apoyo social y educativo para mujeres víctimas y supervivientes de trata gracias al cual han accedido a becas formativas, ayudas económicas para el transporte y atención sanitaria, tanto en el ámbito de la salud física como en el apoyo psicológico y psiquiátrico./ Europa Press