Ocio Latino.-Un día colgó sus canciones en YouTube y desde entonces, el cantante malagueño no se ha bajado de los escenarios. Ahora está inmerso en una gira por Argentina y la está disfrutando con la misma ilusión que tenía cuando debutó en el mundo de la música hace apenas dos años.
«Confieso estar con una euforia tremenda desde que estoy en Buenos Aires», tuiteó el artista antes de debutar en el mítico Teatro Gran Rex, que acoge los Premios Gardel.
Precisamente, el tanguista argentino es una de las influencias musicales del cantante y compositor.
«Me gusta cómo interpreta, ese espíritu de nostalgia y esas letras que eran poemas. Tenemos que aprender del pasado. Mi influencia son Piaf, Dalla, Aznavour y, por supuesto, Gardel», comentó en una entrevista con el diario argentino Clarín.
Y aunque reconoce que él no es dramático como el tango y que todavía no puede hablar con la experiencia de un hombre de 50 años, se confiesa «muy pasional».
Precisamente de esas pasiones, cuenta, se nutren sus canciones. «Me enamoré dos veces, y me dio para dos discos», bromeó Pablo, un cantante capaz de conquistar tanto a adolescentes como a adultos.
«A la firma de mis discos vienen hasta las abuelas. La familia fue creciendo desde el año pasado. Tengo público joven, pero en los conciertos hay gente muy mayor y eso me emociona», afirmó.
El malagueño nunca descuida a sus fans y, cuando su apretada agenda se lo permite, hace lo propio con la familia.
«Aunque cada uno de la familia tiene una casa, decidimos vivir todos bien juntos: madre, padre, hermana, cuñado, sobrinas. Somos ocho. Somos como la familia de El Padrino», bromeó.
