Totó La Momposina, la voz de la cumbia

La música colombiana tiene en esta artista a una buena representante de su folclor, a una leyenda viva que ha cautivado a medio mundo con discos como La Candela Viva o Carmelina, convirtiéndose en la gran difusora del la cumbia de su país, así como otros géneros, entre ellos el porro. Sonia Bazanta Vides, nombre real de esta artista fue una de las primeras cantantes colombianas en hacerse conocida en Europa, abriendo camino a otros músicos de ese país.

Ocio Latino: ¿Qué sorpresas trae el disco La Bodega?
Tóto La Momposina: El disco es como una caja de Pandora, está lleno de música de muchos colores. Tiene un nuevo género musical en el que hay tambores acompañados de instrumentos de viento. Son instrumentos puestos al servicio del corazón, de la música y de la identidad. El disco tiene varias cumbias interpretadas de diferentes maneras: con bandas, con acordeón y con guitarra.

O.L: ¿Cree que la cumbia es la voz del pueblo?
T.L.M: Es la voz del mestizaje, es la voz de la unión de dos culturas esclavas: la negra y la india. En esta música aparece la historia de cómo se mezclaron estas culturas y como se unieron los amores de los hombres y las mujeres para poder crear un continente con un nuevo concepto, con nuevos pensamientos, haya sido para bien o para mal.

O.L: Usted, que conserva la música de raíz, ¿qué opina de la tecnocumbia?
T.L.M: Cada quien busca la manera de hacer suya la cumbia. Sí es verdad que la cumbia nació en Colombia pero ahora se hace en Centro y Sudamérica, todo el mundo se la ha apropiado y hasta cierto punto tienen razón ya que la música es universal. Todo el mundo se siente impulsado a bailar la cumbia.

O.L: Ha dicho que la música se hace con amor, ¿sería posible separar ambos conceptos?
T.L.M: La música es sagrada, es una creación del universo. Es una imitación de los sonidos de los pájaros, yo digo eso porque cuando compongo escucho a los pájaros y oigo guacharaca, guacharaca, guacharaca (hace el sonido imitando a un pájaro) y escucho toc, toc, toc (golpea la mesa) entonces me digo que es el carpintero. Nosotros lo único que podemos hacer con el don maravilloso que nos dejó Dios es entender lo que significa la música.

O.L: En 1982 acompañó a Gabriel García Márquez a recibir el Premio Nobel, ¿sigue viéndolo a menudo?
T.L.M: Gabo pertenece a la Jet Set y yo no, pero eso no significa que él no sepa dónde ando yo y yo no sepa que está haciendo él. Siempre nos mandamos saludos por amigos comunes.

O.L: ¿Qué piensa de sus compatriotas que tienen que dejar su país para buscar un futuro mejor?
T.L.M: Atravesar el charco es difícil. Cuando uno está fuera se va descompensando porque no está dentro de sus conductos regulares que le dan energía, eso se recibe en el lugar que naciste. Es como la actitud que se tiene con la música, uno mira la música que hay en un país y luego se va a casa diciendo que no está interesado en quedarse en Europa.

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