La antigüedad media de los inmigrantes residentes en España era de 13 años en 2016, tras un periodo que comenzó en 2000 en el que se registraron llegadas anuales superiores a los 800.000 inmigrantes, según un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).
En la publicación «El nuevo escenario migratorio en España», esta entidad señala que buena parte de los inmigrantes cuenta ya con una relativa antigüedad de residencia.
La crisis ha cambiado el contexto laboral, social y legislativo de los inmigrantes, que han sido agentes activos tanto en su integración social como en su respuesta a la crisis, precisa Funcas.
Una sociedad más tolerante
Esta entidad destaca que la sociedad española avanza hacia una mayor tolerancia o aceptación de la inmigración, pese al contexto de empleo aún desfavorable, a lo que contribuye la menor percepción de presencia migratoria y de mayor control de los flujos migratorios, además del efecto de la empatía y del conocimiento mutuo tras años de convivencia con inmigrantes.
Plantea la necesidad de adaptar las políticas públicas a la nueva realidad, considerando a los inmigrantes como una parte estructural de la población y mejorando el conocimiento sobre las dinámicas que puedan generar desigualdad a largo plazo.
María Ángeles Cea, de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda el elevado rechazo a la inmigración en momentos de crecimiento económico en España (2001-2007), motivado por el fuerte aumento de la inmigración en un breve periodo de tiempo.
Empleo
Antonio Izquierdo, de la Universidad de A Coruña, pide un giro en las políticas sobre migración, dando prioridad a la ciudadanía y la gestión de la diversidad cultural y religiosa, pero también a la selección de los flujos en función de las características de edad y capital humano de los inmigrantes.
El autor considera que el problema más urgente es el de los cerca de 660.000 parados inmigrantes.
Jacobo Muñoz-Comet, de la UNED, revela que los inmigrantes con más dificultades para integrarse a su llegada son también los que han tenido menos oportunidades para emprender estudios en España.
Albert Arcarons, del Instituto Universitario Europeo (Florencia), analiza la actividad de las mujeres inmigrantes en el mercado laboral comparando España, un país de reciente inmigración, y el Reino Unido, un país tradicional de inmigración.
En España, un 40 por ciento de las mujeres extracomunitarias declara haber migrado por motivos laborales, mientras que en el Reino Unido solo lo hace un 14 por ciento, detalla.
Joaquín Recaño, del Centro de Estudios Demográficos (Barcelona), precisa que los inmigrantes han protagonizado una media del 25 por ciento de todos los cambios de residencia en el periodo 2001-2015, mostrando tasas más elevadas de movilidad que la población autóctona y mayor flexibilidad. /EFE