El aluvión de repatriaciones mutuas entre España y Brasil continúa. Aunque Celso Amorim, Canciller brasileño, y Trinidad Jiménez, Secretaria de Estado para Iberoamérica de España, han afirmado que la “crisis” diplomática está solucionada, los ánimos siguen candentes. Y la prensa brasileña continúa reflejando la indignación y los temores del pueblo brasileño de que se empiece a exigir visado en España a los ciudadanos de este país.
Fuentes del Gobierno Brasileño indican que se desconoce si el Gobierno Español pedirá visado pero subrayan que si España y otros países de la Unión Europea solicitan visado a los brasileños,éstos harán lo mismo en virtud del principio de reciprocidad. Brasil no se anda con chiquitas y ejemplo de ello es que exige visado a los estadounidenses.
En la imagen, Lucía Silva y su hijo Leonardo. Ella, hispano-brasileña (brasileña de origen y nacionalizada española por matrimonio) y su hijo sufrieron varios días de retraso en su último viaje a España porque las autoridades brasileñas les impidieron embarcar. Era una de las medidas como reacción al hecho de que un buen número de brasileños han sido retenidos en el aeropuerto madrileño de Barajas a pesar de que los brasileños no necesitan visado de ingreso como turistas por el convenio hispano-brasileño de exención mutua de visados.
El caso que levantó la polémica es el de la joven brasileña Janaina Agostinho, quien llegó a Barajas para pasar unos días de turismo con su novio, español, y que, tras varios días retenida en el aeropuerto, tuvo que regresar a su país sin haber salido de la zona de tránsito, sin explicación alguna, en un flagrante incumplimiento español del citado convenio.
