Son puntuales ante la cita que teníamos concertada un domingo de octubre a las 10 a.m. en la estación de metro de Getafe Central. Cada uno de ellos con un promedio de unos 35 años lleva a su espalda una gran responsabilidad. Conducir por las carreteras de España y el resto de Europa un vehículo de transporte pesado con una capacidad de 24 mil kilos de carga en cada viaje. En cada uno de ellos se ve la experiencia de los años como conductores.
Son hombres sencillos, si cabe humildes, pero muy bien preparados y capacitados para emprender la aventura de ser sus propios jefes, para ser autónomos. Un año tardaron en constituir “Euroamerica TTS.S. Coop. Mad”. En sus caras se refleja el empeño y la constancia para crear lo que hoy tienen. Con orgullo cuentan cómo empezaron a informarse a través de gestores, cuáles eran los trámites para conformar una sociedad propia y emprender un negocio con futuro en España.
Es probablemente la primera cooperativa de transporte pesado de ecuatorianos en La nueva andadura les lleva por los caminos de España y el resto de España. Son, como ellos se definen, un núcleo familiar. Se conocieron, la mayoría, como conductores en una empresa de transporte en Madrid. Salvo Edwin Lema que, por esas circunstancias de la vida, conoció a sus compañeros en una entidad bancaria cuando buscaba un crédito para emprender su negocio.
En un año constituyeron la cooperativa
“Buscamos una fórmula para crear nuestra propia sociedad y no ser solo conductores de carga pesada, como algunos veníamos siendo desde hace algunos años aquí en España” explica Georgintón Verdezoto, gerente de la Cooperativa Euroamérica.
“Algunas gestorías no sabían como se constituye una cooperativa, por lo que nos costó un poco. Pretendíamos estar todos sin perjudicarnos unos a otros, que cada uno sea su propio jefe. Uno de los principales escollos fue cambiar la tarjeta de permanente a autónomos, un requisito que no todos los que queríamos formar parte lo teníamos”, indica.
“Lo más difícil fue reunir el dinero suficiente para iniciar el capital social, 6.000 euros, que no todos teníamos. Con la crisis por delante no fue fácil que los bancos confíen en nosotros para concedernos el préstamo”, explica Mario Tipantiza, subgerente de la cooperativa, para quien el hecho de tener un piso propio sirvió de aval para que el banco confíe en él. Los cabezales de los camiones tienen un precio promedio de 110.000 euros, un coste que pagan con 2.000 euros al mes y a 5 años plazo. Se han acogido a los préstamos leasing ICO, que a su entender les otorga mayores ventajas.
De momento, dicen, tienen muchas expectativas porque el trabajo no falta, en unos casos transportando alimentos, paquetería, mercadería en general y en otros con movimientos de tierra en empresas; unos con viajes de un día para otro como es el caso de Miltón Caiza que se considera afortunado, porque tiene más tiempo para estar en casa. Facturan unos 12 mil euros al mes que les permite pagar la letra mensual, seguros, mantenimiento del vehículo y garantizarse una mensualidad.
Sacrificio
“No fue difícil pero requiere de empeño” Desde el momento en que decidieron formar la cooperativa empezaron a capacitarse, primero para obtener el carné C+E. “No fue difícil, pero requiere de empeño”, dice Edwin Lema. Lo que peor llevan son los largos viajes. “Somos esclavos del tiempo, porque a quien más sacrificamos es a nuestra familia. Salimos el lunes de viaje y regresamos el viernes o sábado, y a quines menos vemos, son nuestros hijos” dice Ricardo Chanataxi.
El control en la carretera es exhaustivo, el tacógrafo les controla el tiempo de circulación. Después de 4 horas y media deben parar 45 minutos, y a las siguientes 4 horas y media, descansar 9 horas seguidas, por lo que tenemos mucha precaución en lo que hacemos, enfatiza Milton Caiza.
Vivir en la carretera conlleva dormir en el camión, preparar, en algunos casos, los alimentos que les acompañan y conocer casi a la perfección las diferentes emisoras de radio, preferiblemente latinas y la música con la que crecieron en Ecuador; salsa, cumbia, pasillos, tecnocumbia, etc.
Grey Gallegos cuenta que en ocasiones han tenido encontrones con algunos españoles porque “dicen que trabajamos más de lo que debemos, ellos hacen poco y viven para el día a día, nosotros tenemos mayores expectativas y al hacer mas kilometraje les molesta, pero nos enmarcamos dentro de la ley”
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