Son las 11 de la mañana en Cuba y Manolito está en un estudio de grabación de La Habana ultimando los detalles para las presentaciones que brindará en Europa. Hace un alto para atender nuestra llamada telefónica. Al fondo se escucha una conversación típica cubana, con muchas risas de por medio.
¿Eres peruano?, pregunta el músico. “Durante muchos años la orquesta ha visitado muchos países de Latinoamérica, pero sobre todo Perú, que es donde nos han acogido con mucho cariño. Podría decirte que la mitad de la orquesta es peruana” dice Manolito a modo de presentación. Y suelta una risa. Manolito Simonet y su Trabuco llevan ocho discos publicados. El más reciente se titula Control, un CD con un sonido extraordinario y en el que podemos encontrar una mezcla de sonidos que ponen a la orquesta a la vanguardia musical. “La música cubana toda la vida se ha fusionado con otros géneros como jazz, rock, o flamenco”, afirma. Cuando preguntamos por el reggaetón, ritmo que en la actualidad suena con mucha fuerza en la Isla, responde: “Si antes nos fusionamos con otros ritmos, ¿porque no hacerlo ahora con el reggaetón?, en otros discos ya hice esas mezclas, por ejemplo en la canción Tú puedes llegar pero no te pases del disco Loco por mi Habana hay esa unión de géneros. En Control, hay una canción que lleva el mismo nombre del disco que también usa esa fusión”, afirma.
Entre los temas más destacados de su reciente producción están La Habana me llama, una composición de Roberto “Cucurucho” Rodríguez, también hay una timba romántica llamada Relámpago y la charanga Muévete. La sorpresa del disco es la colaboración que ha realizado Andy Montañez en el bolero Niebla del riachuelo.
La historia de Manolito Simonet se remonta a su época en la que fue pianista y director musical de Las Maravillas de Florida a inicios de los noventa, justo antes de formar El Trabuco. Aunque, aclara el músico, “desde que tuve uso de razón estaba ligado a la música. De pequeño ya tocaba con una lata”. En la actualidad su orquesta es muy solicitada dentro y fuera de Cuba ya que su puesta en escena es una fiesta que pone a bailar a todo el mundo. Trombones, piano, congas, bajo, flauta, chelo, entre otros instrumentos son los que convierten el sonido de la banda en una explosión de sabor.
En medio de tanto lío político y la llegada de nuevos géneros a Cuba, Manolito tiene las cosas claras: “La música cubana no ha estado más abierta a la opinión mundial debido al bloqueo. Para los músicos cubanos es muy difícil firmar con multinacionales como Sony o Warner, pero a pesar de eso la música cubana ha estado viva hasta hoy y creo que seguirá viva siempre”.
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