Es una tarde primaveral. Salgo del metro Tirso de Molina y lo primero que escucho es un vallenato en toda regla. Me da curiosidad y me acerco a conversar con el vendedor. Es Freddy Castro, un caleño de 49 años que me atiende con una sonrisa. En su puesto -en la renovada plaza- ofrece entre otras flores, rosas y claveles “colombianos”, se apresura en aclarar.
Freddy es uno de los tres colombianos que apostaron por dedicarse al negocio de las flores cuando hace dos años se renovó esa céntrica plaza para convertirla en un lugar atractivo para los caminantes. Lleva viviendo en España dos años y desde que pisó suelo español empezó a trabajar en dicho lugar. “Las flores aportan mucha alegría a la vida” me dice con su marcado acento caleño. Aunque no necesita pavonearse por su país, Freddy sabe que las rosas y los claveles colombianos están considerados dentro de los mejores del mundo. “No es por defender a mi país pero las rosas de Colombia duran más que las nacionales o las holandesas. Por ejemplo, una rosa colombiana de tallo largo fácilmente puede durar de 15 a 20 días mientras que las nacionales unos ocho días. Eso sí –confiesa– cuestan un poquito más”.
Las cifras no mienten. Según las estadísticas proporcionadas por la Oficina Comercial de Colombia en España, la exportación de flores frescas a este país ha aumentado en los dos últimos años. Entre enero y noviembre del 2007 la tierra de Cervantes compró al país cafetero la suma de 17.655.451 millones de dólares. Durante ese mismo periodo del 2008 la cifra aumentó a 20.493.090 millones de dólares, es decir un 16,07 por ciento más. Aunque no se especifica el tipo de flores, en la tabla mundial de exportación, las rosas, los claveles y los miniclaveles ocupan los primeros lugares.
De traer rosas y claveles a España sabe mucho Mauricio Mateus. Él se dedica a comprar directamente a los agricultores de su país y exportarlos hasta Madrid. Su empresa la fundó en enero del 2006 luego de juntar un dinero trabajando en la construcción. “Eso no era lo mío, yo en Colombia era farmacéutico”, aclara. Su hermano fue quien lo animó a que se dedicara al negocio de las flores ya que él exportaba flores a Ecuador y Venezuela desde su natal Villavicencio.
Mauricio no lo pensó mucho y, aunque no tenía ningún conocimiento del negocio, se lanzó al ruedo. Sólo su hermano le daba algunas pautas y poco a poco se fue abriendo camino. “Muchas veces me cerraban las puertas en la cara pero yo seguí adelante no más”, recuerda. La inversión inicial fue dura pero sus horas “con la lampa en la mano” le habían permitido ahorrar un capital. “Ahora el negocio va sobre ruedas pero al inicio fue muy duro entre buscar un local, cámara frigorífica, furgoneta y pagar los fletes e impuestos invertí alrededor de 30 mil euros” dice, dándose una palmada al bolsillo derecho de su pantalón.
Este exportador trae semanalmente un promedio de 300 paquetes de rosas. Entre su clientela además de colombianos como Freddy tiene a varios latinos, tiendas españolas, tanatorios y funerarias. “Hay un tanatorio al que llevo 16 mil claveles cada semana” dice, orgulloso. Como curiosidad cuenta que vende a una floristería dirigida por chinos que a su vez la ofrecen a los vendedores ambulantes, “de esos que van por las discotecas”.
La mayoría de las rosas del país del vallenato son cultivadas en la Sabana de Bogotá. Las condiciones climáticas de la zona y la fértil tierra hacen que sus colores sean muy atractivos. Mauricio negocia directamente con los agricultores y así se evita pagar a intermediarios. Además puede reclamar por el producto sin contratiempos, aunque, señala, muy pocas veces le han fallado.
La crisis también les afecta
El negocio de las flores también se ha visto afectado por la crisis mundial. Freddy cuenta que este año sus ventas han bajado y por eso ha tenido que buscar pequeños trabajos adicionales para tener más entradas. Sin embargo dice que hay fechas claves en las que la facturación suele ser alta: San Valentín, el día de la madre y el día de los Inocentes. La primavera también es una buena época, “la gente se anima a comprar más”, señala. Mauricio también cuenta que el negocio de la exportación de las flores no está pasando por un buen momento. Él puede mantenerse porque ya tiene clientes fijos pero “al menos durante esta época de crisis no recomendaría a nadie que entre al negocio”. Aunque espera que la situación mejore para que así sus compatriotas se animen a entrar en ese mercado. Eso sí, subraya, que se informen mucho “yo no he recibido ninguna orientación por parte de la embajada de mi país en cuestión de fletes u algo –aunque tampoco la he solicitado-«, confiesa. Añade: “Pero creo que deberían darnos pautas, después de todo estamos contribuyendo con el desarrollo de Colombia”.
El color de las rosas y el tallo largo que ofrece Freddy en su puesto me atraen mucho. Veo el precio y tampoco me parece muy caro. Hace mucho que no tengo un detalle con mi novia así que le compro una -esta es muy bonita y le durará mucho, me recomienda Freddy–, luego la envuelve delicadamente en un plástico transparente. Horas más tarde le doy un beso y la rosa a mi chica. Esa noche triunfo.
*Para contactar con el epxortador Mauricio Mateus pueden hacerlo al número 619-548361