El 26 de abril Ecuador vivirá una fiesta democrática para elegir a sus principales autoridades nacionales (5.964 candidatos, incluido el Presidente). Ese entusiasmo no parece contagiar a los miles de inmigrantes que viven en España que ven en la elección “una oportunidad para los políticos de que se acuerdan de ellos sólo en las elecciones”. “Estoy aislado de la política y no me interesa quién es quién” afirma, tajante, Andrés Abad, de 33 años y natural de Quito. En el paro desde hace 8 meses y con las deudas de la hipoteca quitándole el sueño, se muestra reacio a hablar y menos a asistir el día de las elecciones al consulado. “Gracias a Rafael Correa (Presidente del Estado Ecuatoriano) y a su Constitución estamos perdiendo muchos derechos los inmigrantes” dice, molesto.
No es el único al que le invade la impotencia cuando se acuerda de sus necesidades y penurias Óscar Orosco es otro ecuatoriano desempleado y sin papeles. “No estoy de acuerdo con Correa ni su Carta Magna que ha hecho a su favor” dice resignado y se retira rápidamente de la Plaza Elíptica, negándose a ser fotografiado.
La Embajada Ecuatoriana espera una participación masiva de los casi 388.000 residentes legales. Ecuador es el país latino con más presencia de inmigrantes en España. Por esta razón se han habilitado mesas en los consulados de Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Málaga y Palma de Mallorca. Basta con presentar el pasaporte o carné en original y copia para ejercer su derecho. Sin embargo, la convocatoria parece no surtir efecto en los incrédulos ecuatorianos que han perdido la fe en sus gobernantes.
“Prefiero no meterme”
Rosa Baño vive desde hace 9 años en Madrid y, pese a tener los papeles en regla, no le interesa la renovación de las autoridades de su país y menos asomarse por su consulado el día de las elecciones, este 26 de abril. “Prefiero no meterme. No tiene sentido porque mi vida está hecha aquí y aquí voy a quedarme” responde, indiferente. Madre de dos niños, es autónoma y administra su locutorio en el distrito madrileño de Salamanca. “Al principio me fue bien, había mucha entrada pero han bajado los ingresos de forma increíble, apenas reúno para el alquiler pero tampoco me atrevo a venderlo en estos tiempos en los que no hay trabajo”, afirma.
“¿Qué han hecho por nosotros?”
Yakira Donoso, de 30 años, antes de plantearse su derecho al voto reflexiona si vale la pena ejercerlo: “Votaré cuando ayuden a los profesionales a homologar nuestros títulos”, indica. Su sueño es trabajar un día de educadora infantil, carrera que estudió en Ecuador. De momento, Yakira se tiene que conformar con cuidar a un niño por las tardes.
“No hay información, no nos enteramos de nada”
José Morales es de Quito y está en Madrid desde hace 11 años. Nunca ha participado en ninguna elección presidencial aun estando en su país. Para él la política simplemente no existe. “Trabajo para vivir y mantener a mis hijos. Lo demás no me importa”, aclara mientras cobra a los clientes que salen de su locutorio. Hace una pausa y continúa: “En la última Constitución se han inventado impuestos a las remesas y a las casas de los que vivimos en el exterior. Sirven para exprimirnos pero no nos ayudan cuando estamos en desgracia” dice, indignado, al tiempo que aclara que tiene la esperanza de que Correa no gobierne “como Evo Morales –Presidente de Bolivia- o Hugo Chávez- Presidente de Venezuela-”.
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