Hasta la fecha 147 colombianos se han acogido al Plan de Retorno Voluntario creado por el Gobierno Español, lo que significa que ese mismo número de personas han renunciado a su permiso de residencia y se han comprometido a no volver en un plazo menor de 3 años a España. A cambio recibirán el dinero acumulado del paro. Pero en realidad son muchos más los que han decido retornar a Colombia por su cuenta. Según el presidente de la aerolínea Avianca para Europa, Agustín Arango en el último trimestre de 2008 se vendieron quince mil pasajes hacia Colombia de sólo ida. Esto explica que el colombiano prefiere pagar el pasaje de su bolsillo y no perder los documentos que tanto le costó conseguir y, además, que su firme intención de regresar a casa es solo por una corta temporada.
Olivetti Flórez Restrepo, propietaria de la agencia de viajes Aviatur, especializada en la venta de billetes hacia ese país suramericano en Madrid, fue testigo de la forma masiva en que regresaron colombianos entre octubre de 2008 y enero de este año. “Muchas familias decidieron que madres e hijos regresaban al país mientras los cabeza de hogar se quedaban en España buscando nuevos horizontes para emigrar” dice esta empresaria que ha visto cómo sus ventas han disminuido el cuarenta por ciento en el último semestre. “En este momento hay una guerra de precios entre aerolíneas y agencias ya que todos intentamos sobrevivir.
El año pasado vendimos pasajes para las vacaciones de diciembre o verano a mil trescientos euros o más, pero este año además de que el precio no supera los 900 euros hay muchos cupos disponibles, algo que era poco frecuente. Hasta han salido ofertas para viajar a Colombia por 298 euros y la gente no compra hasta último minuto por si bajan más los precios” dice Olivetti. Agrega: “El inmigrante ha sido el más golpeado de esta crisis, tanto que a nivel financiero es un grupo que está considerado de alto riesgo. Nosotros vendíamos el cincuenta por ciento de nuestros billetes gracias a la financiación bancaria pero hoy día ni reciben solicitudes”.
Autónomos para regresar
“Me regreso a Colombia mientras pasa esta crisis tan fuerte. No me voy porque tenga más posibilidades allí sino porque voy a tener menos gastos” nos dice Jorge Álvarez mientras hace la fila para facturar su equipaje en el Aeropuerto de Barajas de Madrid. “Tengo una hipoteca de setecientos euros, es decir, cada mes necesito por lo menos 1.200 euros para vivir aquí en Madrid, por eso luego de hacer cuentas decidí dejar mi piso alquilado por 800 euros a través del programa Alquila de la Comunidad de Madrid, con lo que garantizo continuar pagando la hipoteca y no perderlo. Por otro lado con lo que aquí sobrevivo un mes en Colombia me alcanza para unos tres meses”, indica.
Jorge es uno de los tantos empresarios colombianos que con la crisis de la construcción tuvo que disolver su empresa de construcción. Reconoce que si no tuviera la nacionalidad española también se regresaría a Colombia, pero sin perder sus papeles. Pero no todos se van porque las cuentas les salgan como a Jorge sino porque la desesperación que les produce el desempleo y las deudas los lleva a tomar la decisión de regresar al lado de la familia. A la Asociación AESCO Colombia, con sede en Pereira, una de las principales zonas de donde emigraron colombianos, llegan muchos de estos retornados buscando apoyo social y psicológico.
Según un informe de la organización “en la mayoría de estas personas que han regresado hay sentimientos de desubicación y frustración respecto a su proyecto de vida ya que no identifican un horizonte que guíe sus propósitos y objetivos personales y familiares”. En AESCO- Pereira se les orienta para que puedan superar y aceptar sus nuevas realidades, pero el informe resalta que realmente el trabajo de acompañamiento debe empezar desde España de modo que la persona que quiera regresar lo haga con un proyecto viable y sin tantos traumatismos. Y concluyen que un plan de retorno no es solo poner dinero en las manos de los inmigrantes sino asesorarles para darle un uso responsable.
Volver ¿a qué?
Pero la incertidumbre no solo es para los que desean regresar. Recientemente un grupo de alcaldes del departamento del Valle, al sur de Colombia, visitó España y pudimos constatar que están temerosos de que muchas de las personas que emigraron de esa zona del país quieran retornar. Una de ellas es María Saiter Valencia, alcaldesa de Restrepo, un municipio del cual han emigrado a España, en los últimos 10 años, 236 personas de las 18.000 que lo habitan. En este tiempo con el dinero de las remesas las familias construyeron casas, esto generó empleo y se activó el comercio.
Pero hoy en día como han dejado de enviar dinero la economía de la localidad también se ha resentido. “Me he encontrado en Valencia y Madrid con muchos de mis vecinos. Están desesperados y quieren regresar por un tiempo y eso a mí me preocupa porque tengo una tasa de desempleo del 35 por ciento, así que no tengo nada para ofrecerles”, puntualiza la alcaldesa.
Reagrupación, un paso atrás La reagrupación es otro de los proyectos que han tenido que aparcar algunas familias por la crisis, bien porque algunos de sus miembros se regresaron a casa o por casos como el que nos cuenta Natalia Perdomo. Cuenta: “Hace 5 meses solicité la reagrupación de mi esposo y mi hija, pero ruego para que no me contesten del Ministerio pues me rebajaron el sueldo y con 900 euros no los voy a poder mantener aquí” dice en voz baja esta joven que trabaja en un locutorio.
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