Cuando una mañana Ximena Cevallos, una quiteña de 27 años, junto a su esposo, fue hasta la financiera que le iba a materializar el sueño tantas veces deseado, nunca imaginó que esa ilusión se iba a convertir poco a poco en pesadilla. Ni siquiera tuvo que esperar ni un día para que intuyera que algo malo estaba por venir. Al principio les habían dicho que pagarían 800 euros de hipoteca pero les advirtieron que como ella trabajaba en la limpieza y no tenía nómina, necesitaban otras dos, además de la de su esposo. Una vez entregada toda la documentación cuando la pareja se acercó a firmar las escrituras se dieron con la sorpresa de que a sus avales los habían puesto de titulares, es decir, la casa de sus sueños tenía cuatro propietarios. Al reclamar el notario les dijo que era un “poder general” y que en realidad ella y su esposo eran dueños de la casa. Una vez firmados los documentos les informaron que empezarían a pagar una cuota de 1.020 euros, nada que ver con los 800 que les dijeron cuando le ofrecieron la vivienda. Tras la queja les dijeron que sólo sería la primera cuota de hipoteca y que luego bajaría. Sin embargo durante cuatro años la cifra no bajó. Una mentira más.
El 2008, cuatro años después, la familia de Ximena fue una de las afectadas por la crisis. Ella se quedó sin trabajo y su esposo fue despedido cuando pidió una excedencia para cuidar a su pequeño mientras su otra hija era atendida por su esposa en el hospital ya que fue diagnosticada con leucemia. Para entonces ya pagaban 1.350 euros de hipoteca y vivían únicamente de la prestación de desempleo (paro) de su esposo. Fue entonces cuando crearon la plataforma Ahorcados por las hipotecas ya que en su desesperación por saber qué hacer no encontraban respuesta en ningún lado.
Ximena junto a su esposo y otro amigo ecuatoriano que también estaba afectado por una hipoteca fueron recabando información y se hicieron expertos en el tema. Tanto así que hacían reuniones con otros afectados (al menos unas 400 personas) y hasta viajaron por Barcelona o Murcia para compartir todo lo que en el camino fueron aprendiendo. “Creo que los bancos actuaron de mala fe desde el principio, ellos sabían que los intereses que nos ponían eran elevados, sólo buscaban hacer sus operaciones, no les importaba la gente. Sólo buscaban ganar mucho dinero, y lo hicieron” señala Ximena, quien en la actualidad vive en un piso de alquiler ya que su casa fue subastada por el banco a mitad de precio, quedándose ella con una deuda de 120.000 euros que no sabe cómo va a pagar. “Esto es un retroceso” dice con resignación.
Perdió a su familia
Simón Gutiérrez firmó su hipoteca en el año 2004 y durante cinco años pagó cerca de 80.000 euros hasta que a finales del 2008 perdió su trabajo y tuvo problemas para seguir pagando la deuda. Entonces fue al banco a devolver las llaves de su casa pero allí no se las aceptaron y más bien quisieron renegociar la hipoteca aumentándola cinco años más, a 30. Mensualmente tenía que pagar 1.200 euros por lo que destinaba todo su sueldo a la casa y no podía enviar dinero a su esposa e hija que vivían en Ecuador. Su pareja optó por dejarlo y Simón tuvo que afrontar esa pérdida sin casa ni dinero encima. “Ahora la vivienda está en proceso de subasta y dicen que me quedaré con una deuda de 163.000 euros. Además tengo que pagar el procurador y los costes del juicio”, señala.
Devolver el piso no es la solución
Para el abogado de la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (CONADEE), Rafael Mayoral, devolver las llaves del piso al banco e irse a su país no es la solución adecuada al problema de una hipoteca. Al menos no lo es si no se llega a un acuerdo con la entidad bancaria para que tome la casa como parte de pago de la deuda. Lo primero, dice, “es entrar a un proceso de negociación con el banco, luego aquellos que hayan vivido situaciones de estafa tienen que reclamar sus derechos ante la tutela judicial efectiva y denunciar esas situaciones de estafa. Además pedir la nulidad del préstamo y el resarcimiento por daños y perjuicios a las entidades financieras por el incumplimiento flagrante y la negligencia absoluta que han tenido en el control de riesgos poniendo en peligro la seguridad habitacional de las familias, el derecho a la vivienda y la protección a la infancia”.
Asimismo Mayoral recuerda que “desde la Conadee lanzamos una propuesta a la Asamblea Nacional de Ecuador para que haya una ley específica que prohíba el cobro de estas deudas contraídas con hipotecas basura en España a los ecuatorianos que vuelvan a su país. Estamos a la espera de que se apruebe. Debo decir que con el nuevo embajador –Galo Chiriboga- se ha notado más interés en el tema”, afirma. En los centenares de casos que se han atendido en la CONADEE, señala el abogado, hubo muchos en los que el chantaje por parte del banco era inadmisible. “El banco les dice que les lleven el boleto de avión para demostrar que se van como condición de cancelar toda la deuda en la entrega de llaves, pero ha pasado que mucha gente compra su boleto, incluso pide el retorno voluntario y el banco no les cancela la deuda y la persona pierde hasta la tarjeta de residencia”.
Finalmente Mayoral recuerda a todos los afectados que lo importante no es devolver la vivienda al banco sino presionar para que éste acepte la casa como forma de pago. “La idea de la cancelación completa de la deuda es un mínimo imprescindible ya que la gente acepta que ha perdido un dinero que ha ido pagando mes a mes. Pero lo lógico sería que las entidades financieras también acepten sus responsabilidades y que no siempre tengan que perder las personas”.
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