Ocio Latino.-Mucho frío en Madrid para una noche de 1º de mayo que prometía un buen espectáculo por el Día del Trabajador Latinoamericano en La Cubierta de Leganés. Costó demasiado llenar el coliseo taurino que recibió muy lentamente a un público latinoamericano que responde cada vez más de esta forma, escarmentado por eventos mal organizados, donde no se presentan los artistas que figuran en un cartel, empiezan mucho más tarde de lo anunciado, o si reclaman, casi nunca les devuelven el dinero.
En este caso, la organización: Alexis Producciones, se empeñó que todo salga perfecto, pocas empresas latinas se preocupan de estos detalles. Ingreso ordenado, zonas preferenciales correctamente señalizadas y acotadas, buen despliegue de seguridad y espacios apropiados para los artistas y para la prensa. Tal vez sólo hay que reprochar los eternos minutos vacíos (a veces una hora), que dejaban entre una actuación y otra. Eran demasiados tiempos muertos para las miles de personas que estaban en las gradas y que abonaron 15 y 20 euros por entrada.
A las 21:30 horas salió a escena Alex Quendo, ex integrante de la agrupación venezolana infantil Salserín, que se hiciera conocida hace dos décadas por su tema ‘Bebé salsero’, entre otros. Quendo hizo un amago de estrenar en este concierto las canciones de su nueva propuesta musical que coquetea con el pop y el mambo, pero el público, que aguantaba pacientemente el frío, no se lo perdonó y le entregó una sonora pitada. El artista no se amilanó y cantó otra de sus nuevas composiciones: ‘Mi vecina está muy buena’, seguido rápidamente de versiones de su etapa en Salserín, en un esfuerzo por ganarse al público que terminó aplaudiéndolo pero reclamando a su ídolos del cartel.
Tal vez el animador del evento debió estar en tarima más temprano para presentar a Alex Quendo, o hacer una pequeña referencia del artista colombiano en ciernes Álvaro Ríos, que subió a la tarima como cualquier hijo de vecino que la invade y se pone a cantar. Felizmente, Luis Miguel de Amargue, el Rey de la Bachata, artista dominicano que no necesita presentaciones, llegó, cantó, y aunque no emocionó al compás de sus primeras canciones, calentó al público con sus éxitos: ‘De rodillas te pido’ y las bachatas que le dieran popularidad en España en 1998, como ‘Te echo de menos’, entre otras, durante una buena hora de espectáculo.
Una hora también actuó el salsero Tito Nieves que, más experto en estas batallas, hizo estallar el coliseo con su ritmo, consiguió que se pierda el frío, se empezaron a agitar las banderas y el público rompió a bailar. Se elevó el espectáculo. 50 kilos de peso menos y 36 años de carrera artística sólo han mejorado a ‘El Pavarotti de la Salsa’ que derrochó su misma calidad vocal, su baile y su espectáculo dominándolo del principio al fin, encadenando un repertorio que el público coreó de memoria, y donde incluyó desde las canciones clásicas de Marco Antonio Solís hasta su súper éxito ‘Señora Ley’. Todo un regalo bendito para entendidos y profanos de la salsa.
La entrada al concierto ya estaba más que amortizada después de esta actuación, pero a la 01:45 de la madrugada la noche todavía prometía con la salida de El Rey de Despecho, Darío Gómez, uno de los artistas colombianos más reconocidos en la música popular de su país. De impecable traje blanco con toques brillantes y adornos en oro, arropado por una banda de músicos uniformados en color rojizo oscuro, resaltaban su figura y su actuación, que mantuvo al público atornillado a la silla y a la copa en la mano, pero no por eso menos entregado a cada una de su canciones, a cada letra y a cada nota, especialmente a éxitos como ‘La Tirana’.
Un cartel perfecto en una fecha perfecta, con un público volcado a sus estrellas latinoamericanas de la canción y al cierre del espectáculo, con uno de los virtuosos del vallenato: Jorge Celedón, el artista que nunca defrauda, y que enamora más allá de Colombia, sus actuaciones se cuentan por éxitos en España y su carisma y la fiesta que impone en su espectáculo no dejan indiferente a nadie, y menos al público que pasada las tres de la madrugada y casi ya sin garganta todavía bailaba y cantaba a gritos con Celedón: “ Ay que bonita es esta vida, aunque a veces duela tanto y a pesar de los pesares siempre hay alguien que nos quiere, siempre hay alguien que nos cuida,…ay ay ay ay…….”
Para ver fotos del concierto. Pinche aquí: Ocio Latino Fotos.