Ocio Latino.- Carlos Vives se presentó en Madrid después de ocho años alejado de los grandes escenarios para ofrecer dos horas de música con sabor a su tierra, al campo y a la fruta fresca.
El artista colombiano demostró que los años sabáticos solo le han valido para crecer más, especialmente si tiene que enfrentar retos como encontrarse con tan solo un tercio de público en el Palacio de los Deportes (2.500 personas aproximadamente). Poco, muy poco para una excelente actuación que además brilló a pesar del pésimo sonido.
Vives es Colombia pura, sabor caribeño fusionado y moderno, donde la raíz de su tierra se respira más allá de los videos casi turísticos que presentó. Su tierra se instaló en el concierto y se respiró en el homenaje a uno de los símbolos del vallenato, Leandro Díaz, con la canción ‘Matilde’, en el repaso por los rostros de cantantes colombianos actuales y de antaño, pero especialmente en los sonidos del acordeón de Egidio Cuadrado y en las composiciones de Vives que impregnan toda su actuación a lo clásico de su provincia.
Vives demostró que está en plena forma, que mantiene su esencia, que no ha renacido, no ha reaparecido, y que su música siempre ha estado viva, pareciera incluso que todos esperaban con ansias sus nuevas composiciones musicales para incluirlas en el número uno de diversas emisoras de radio. O que la industria lo esperaba para nominarlo a cinco Grammy Latino. Y su público, como el de anoche, lo esperaba también para entregarse por igual, con entusiasmo y baile, a ‘La Gota fría’ o a su actualísima ‘Como le gusta a tu cuerpo’, sin distinguir los años que separan a ambos éxitos.
“No hay mucho trabajo, la situación esta dura, pero todas esas cosas se superan. Regreso después de muchos años para decirles: España quiero verlos sonreír”, fue el mensaje de optimismo que envió el artista a un público entregado y feliz por la vuelta de su ídolo.