Ocio Latino-. A sus 32 años, la saltadora antioqueña, Caterine Ibargüen, quien ganó oro en salto en los Juegos Olímpicos de Río, podría apuntar entre sus próximos objetivos a superar esa marca, récord sudamericano, e incluso intentar acercarse o quebrar el récord mundial vigente desde hace más de dos décadas, los 15,50 metros de la ucraniana Inessa Kravets, que lo consiguió el 10 de agosto de 1995 en Gotemburgo (Suecia).
Sobre la final olímpica del domingo, Ibargüen aseguró que durante todo el día tenía buenas vibraciones.
«Desde que salí de mi habitación estuve muy confiada en que podía darse», explicó.
«Estoy supercontenta de aportar una nueva medalla. Gracias a Dios se ha conseguido, era el objetivo. Se lo dedico a todos los colombianos», añadió.
Ibargüen lleva ganando metales en las grandes citas internacionales de primer nivel desde el Mundial de Daegu-2011, con un bronce, un año antes de la plata olímpica de Londres-2012.
Luego llegaron los oros mundiales de 2013 y 2015, los tres títulos encadenados en las temporadas de la Liga de Diamante y una racha de victorias desde los Juegos londinenses que sólo tuvo un tropezón en estos cuatro años, en forma de segundo puesto en la reunión de Birmingham de junio de este año.
Ibargüen, convertida ya en una estrella, celebró haber sido pionera.
«El atletismo colombiano tiene mucho por ofrecer. La gente se da cuenta ahora de que sí se puede. Yo le debo mucho a Colombia, me ha dado apoyo, me ha hecho creer y ser quien soy. Estoy muy agradecida a mi país y estoy segura de que llegarán más éxitos. El talento está ahí», estimó.