El mercado de fichajes del pasado verano nos ofreció una situación que pocos podían prever. El FC Barcelona, entidad que ha destacado estos últimos años por practicar un fútbol virtuoso y de control, decidió incorporar al jugador chileno Arturo Vidal. El futbolista llegó proveniente de las filas del Bayern de Múnich, un movimiento que ya detallamos previamente. Este cambio de club se interpretaba como una apuesta por el potencial físico del centrocampista. La derrota de Roma en los cuartos de final de la Champions League del año pasado dejaban entrever que la línea medular del conjunto culé demandaba unas características que no se poseían. El «Rey Arturo» pasó a formar parte del club catalán a cambio de 25 millones de euros, con contrato hasta el año 2021.
Su rendimiento está resultando altamente positivo, ya que Vidal está haciendo suya una popular expresión relativa a la cultura del Casino: «más se ve mirando que jugando»; pues su paso por el banquillo y su dosificación en los enfrentamientos ha provocado que actualmente se sienta mucho más integrado en el equipo. Valverde ha sabido gestionar brillantemente su adaptación dentro de un ecosistema tan diferente al que el chileno estaba acostumbrado.
Sin embargo, su integración inicial no fue tan sencilla como ahora. Al inicio de temporada el futbolista no dispuso de los minutos que deseaba, y condenado al ostracismo dejó entrever su molestia ante esta situación. Vidal desembarcó en Barcelona con la ambición de conquistar uno de los títulos que aún no ostenta su magnífico palmarés: la Champions League. Y lo quiere hacer en un rol de protagonista. El chileno ha logrado un total de 3 copas con el Colo-Colo, 7 títulos en Italia con los colores de la Juve, 6 con el Bayern, 1 con el Barça y 2 copas de América con el combinado nacional chileno. El día de su presentación ya dejó clara su ambición en relación a la máxima competición continental: «ojalá pueda ganar tres Champions en los tres años que voy a estar aquí». Sin embargo Valverde decidió contar con Arthur Melo, con Rakitic e incluso con Rafinha antes que con él. Esto generó una pequeña polémica en relación con las redes sociales, ya que el jugador mostró públicamente su malestar. El resto de compañeros no vieron con buenos ojos estos movimientos y los mensajes fueron borrados.
Después de aquellos hechos su rendimiento ha ido mejorando de manera exponencial y actualmente es uno de los jugadores más utilizados por Ernesto Valverde. Uno de los días más felices de su etapa como azulgrana fue el gol que anotó ante el Real Madrid, un cabezazo espectacular que sirvió como redención ante las derrotas anteriores que había sufrido ante el conjunto blanco. Actualmente el jugador ha disputado un total de 21 partidos con el Barça, 14 en la competición doméstica, 5 en la Champions League, 1 en la Copa del Rey y 1 en la SuperCopa de España. En total ha sumado 843 minutos y ha marcado dos goles, junto con tres asistencias. Buenas cifras si tenemos en cuenta que nos encontramos en el ecuador de la competición.
Como curiosidad, cabe destacar que el jugador también se ha ganado el afecto de una afición tan exigente como es la azulgrana. Una encuesta del diario Sport nos ha ofrecido unos resultados cuanto menos curiosos: Vidal ha sido designado como la mejor incorporación de este presente curso. Una situación inesperada si tenemos en cuenta el escepticismo que despertó su incorporación.
En una entrevista realizada en su país natal, Arturo Vidal destacó el buen ambiente que se respira actualmente en el vestuario culé. Un contexto familiar que le ha ayudado a abandonar polémicas pretéritas. El jugador también ha entendido perfectamente que su rol va supeditado a jugadores de grandísimo talento, ya que el Barça aglutina una constelación de futbolistas de primer nivel que también demandan la titularidad. Está por ver si el rol protagonista que ha ostentado estas últimas jornadas se mantiene en el futuro. El cambio de mentalidad es tangible y a través de esta vía seguro que supera con éxito los nuevos retos que se puedan presentar.
