Ocio Latino-. Emmanuel Macron ha decidido fijar cuotas de inmigrantes que podrán entrar legalmente en Francia, estableciendo un «techo» de inmigrantes aceptados en sectores laborales necesitados de mano de obra calificada. Se trata de una «revolución» pacífica, que Nicolas Sarkozy estudió y no llegó a consumar, el 2007.
Se presta al Gobierno francés el proyecto de anunciar en las próximas veinticuatro horas las grandes líneas de una iniciativa sin precedentes nacionales.
Según las grandes líneas del proyecto concebido por el presidente Macron, el Parlamento francés (Asamblea Nacional y Senado) fijará anualmente las cuotas de trabajadores extranjeros que podrán instalarse legalmente en Francia. Esas cuotas serán negociadas previamente por el gobierno, las distintas patronales y sindicatos representativos en los sectores de producción donde pudiera ser o no ser deseable la inmigración controlada y regulada.
Fijadas las cuotas, tras un debate parlamentario, anual, el gobierno adoptará medidas administrativas especiales para facilitar la instalación oficial de los trabajadores extranjeros legalmente aceptados incluso «invitados» a instalarse en Francia.
Sarkozy, el 2007, y Alain Juppé, alcalde de Burdeos, durante la campaña de las elecciones primarias de la derecha tradicional, el invierno del 2016, fueron los primeros defensores de un nuevo modelo nacional de «inmigración aceptada y regulada».