Ocio Latino-. Ni ‘Y yo sigo aquí’, ni ‘Late mi corazón’ y tampoco ‘Ni una sola palabra’ sirvieron para acallar los pitidos de un público que pronto se dio cuenta de que la artista jugaba más al playback que a utilizar su propia voz.
¿Pensó que no se darían cuenta o ni tan siquiera le importó que lo notaran?
Incluso los más cercanos al escenario se atrevieron a asegurar que los gallos de Paulina mientras cantaba se podían oír desde la Península…
¡Madre mía Paulina la que has liado!
Las redes comenzaron a arder y los intentos de la cantante –que entregó con la coreografía lo que no pudo hacer con la voz- por reconducir el espectáculo quedaron simplemente en eso, en meros intentos ¡el mal ya estaba hecho!
Y terminó la gala con reina nueva y con una dignísima Paulina que no quiso dejar que la sonrisa faltara en su rostro a pesar de haberla liado, a base de bien, en uno de los momentos más significativos para los tinerfeños. Y volverá a hacerlo, porque ella es así.