Jhoseth llegó en 2018 a España con 23 años huyendo de las amenazas que sufría en Colombia por su orientación sexual, motivo por el que solicitó protección internacional. Han pasado más de dos años desde que formalizó la petición de asilo, pero en la actualidad sigue a la espera de la resolución de su expediente. «Me preocupa que aquí no se tenga en cuenta a los colombianos como personas refugiadas. Regresar a Colombia no es una opción, allí todo ha empeorado», ha señalado el joven en una entrevista con Europa Press.
Bajo el paraguas y acompañamiento de la ONG Rescate, especializada en ayudar y atender a personas refugiadas por motivos de género y LGTBI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales), Jhoseth denuncia el «abandono» de todo el colectivo de solicitantes de asilo en España, y especialmente de aquellos que proceden de Colombia.
Desde el 1 de enero hasta el 31 de mayo, se han presentado 37.366 solicitudes de protección internacional en España, de las cuales 12.062 eran de colombianos. De acuerdo a datos oficiales, en ese mismo periodo se han resuelto de modo desfavorable 8.405 expedientes, la mayoría de ellos (5.691) son precisamente de ciudadanos de Colombia.
«No se nos tiene en cuenta. Conozco a muchos a los que se les denegó el asilo y que no tienen donde vivir, que se han metido en la prostitución al quedarse sin la ‘tarjeta roja'», ha apuntado, en referencia al documento acreditativo de la condición de solicitante de protección internacional ‘en tramitación’.
Él lleva dos años con ella, a la espera de que España le conceda, o bien le deniegue, la protección internacional. Según Eurostat, a finales de abril de 2020 había 140.640 solicitudes de asilo pendientes en España. «Aquí todo va muy lento», ha lamentado, señalando que tampoco tiene convalidado todavía el título que acredita sus estudios en Administración.
«ES DIFÍCIL EMPEZAR EN OTRO LUGAR»
En el tiempo que lleva en España, Jhoseth ha iniciado nuevos estudios, concretamente un grado medio en gestión comercial, y otro en técnico superior de farmacia. El joven ha destacado «lo difícil» que fue para él «tener que comenzar en otro lugar, y sin apenas poder planearlo».
Según ha relatado a Europa Press, se crió en un pueblo de Colombia, y aunque pasó una temporada en Venezuela junto a su padre, en 2014, con 18 años, se mudó a Bogotá para seguir estudiando.
Allí conoció a la persona que durante aproximadamente los tres años siguientes fue su pareja, y en 2016 empezó a trabajar en la Academia Francesa de Belleza, hasta llegar a ser nombrado coordinador general. Tal y como sostiene, estaba «muy bien» allí, dedicado al sector de la peluquería y maquillaje.
Pero en 2017 recibió las primeras amenazas por parte de grupos violentos y armados que operan en Colombia. «Empezaron colocando carteles en la sede, y me grafitearon una planta más abajo de mi oficina», ha asegurado.
Ya a finales de ese año, a la salida de una discoteca gay en Bogotá, le «persiguieron» e incluso llegaron a «apuñalar» a su pareja de entonces, que le acompañaba en ese momento. En enero de 2018, Jhoseth recibió una carta en su casa en la que le daban un tiempo para irse de allí. «En cinco días renuncié a mi trabajo, vendí todo lo que tenía, y me marché», ha contado a Europa Press.
Fue entonces cuando abandonó Bogotá y se fue a la costa, a Cartagena, donde reside un familiar que es juez y que le ayudó a informarse sobre sus opciones. Estando allí, contactó con la Merced Migraciones, donde le dieron información acerca de todo el proceso de asilo en el caso de venirse a España. «Compré el primer vuelo disponible y me vine», ha remarcado.
«ME SENTÍ COMO GANADO HACIENDO LA COLA PARA LAS CITAS DE ASILO»
Al poco de llegar a Madrid, pidió cita en la comisaría de Aluche para iniciar los trámites de para la solicitud de asilo. «Éramos como 300 personas haciendo cola, me sentí como si fuera ganado», ha dicho a Europa Press. Pasado un tiempo y tras ser recibido por un trabajador social, ya en 2018 fue asignado a la ONG Rescate, donde le dieron acogida y orientación jurídica, laboral y psicológica. «Hasta ese momento, pasé mucha incertidumbre, con miedo a tener que quedarme en la calle sin saber qué hacer», ha aseverado.
De aquello hace ya más de dos años, tal y como ha expuesto el joven, que relata el «miedo» que tuvo en muchas ocasiones en las que «no tenía adonde ir» ni «dinero en los bolsillos». Pero ahora, según ha confesado, también tiene miedo, ante la posibilidad de que le denieguen el asilo.
«Estamos aquí por necesidad y fuerza mayor, para intentar salir adelante», ha incidido Jhoseth sobre quienes solicitan asilo. Tal y como ha subrayado, no entiende que los ciudadanos que huyen de Colombia tengan «más difícil» conseguir protección internacional cuando allí los grupos armados «están extorsionando, robando y amenazando» a la población. «El tema ha empeorado mucho allí, no sé porqué aquí nadie lo ve», ha apuntado.