La investigación del conflicto interno en Colombia ha permitido investigar actividades como las de los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (ACU) y de los diversos grupos que las integraban, como el Clan Isaza, que no solo reclutaba a menores de edad, sino que los entrenaba en «escuelas» en las que aprendían a torturar y a desmembrar cuerpos.
Un fallo de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá consultado por el diario ‘El Tiempo’ relata cómo miembros de ese grupo coaccionaban «a menores de edad para que ingresaran a las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio», que operaban en los departamentos de Caldas, Cundinamarca, Antioquia y Tolima.
Hasta ahora se conocía la existencia de este grupo paramilitar, pero el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica ‘Isaza, el clan paramilitar’ concreta cómo llevaban a víctimas aún vivas a estas «escuelas» para que los reclutas paramilitares «practicaran» con ellas y para enseñarles cómo utilizar estos cuerpos como advertencia a otros vecinos.
«¿Dónde aprendían a desmembrar? En la escuela. Sí, porque le enseña, igual eso, pues no tiene ciencia. Yo miré mucho de eso, igual a mí me tocó ayudar (…). No, que yo cogerle la mano, y otro cortaba e iba echando al hueco», relata uno de los paramilitares desmovilizados. «Le decían: Salga, que usted me mata a ese man. Usted tenía que salir, matarlo. Y al otro (compañero le decían): «Usted sale y me lo pica», explica.
Este grupo paramilitar tenía al menos cinco «escuelas de instrucción militar». En una de ellas, Palos Verdes, fueron desaparecidas más de cien víctimas, según el relato de un desmovilizado.
El Clan Isaza comenzó a funcionar como Los Escopeteros en la década de 1970 para responder a la presencia de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Antioquia. Tras el acuerdo de desmovilización de 2006, el grupo se desmovilizó con el nombre de Autodefensas del Magdalena Medio.
Entre medias, el grupo movió toneladas de cocaína y armas y gracias al narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’, se financió el entrenamiento de los nuevos reclutas por parte de mercenarios israelíes y británicos. Uno de ellos era Yaír Klein, quien recientemente se salvó de ser extraditado a Colombia, y entre sus «alumnos» están algunos de los asesinos más temidos en la historia del país. / Europa Press