Ocio Latino-. La crisis del coronavirus tendrá un impacto profundo y duradero sobre la población española. Se producirán dos eventos simultáneos que afectarán a la pirámide demográfica del país. El primero de ellos es el aumento de la mortalidad como consecuencia de la pandemia, que afecta especialmente a los mayores. El segundo es el parón de la inmigración como consecuencia de las restricciones a la movilidad en el corto plazo y de la crisis económica en el medio.
Así lo prevé el INE en sus nuevas proyecciones de población, que anticipan una importante aceleración del envejecimiento de la población como consecuencia de la pandemia del coronavirus. «Para estas proyecciones se ha tenido en cuenta la sobremortalidad observada hasta el mes de julio de 2020, así como la disminución experimentada en los últimos meses en la inmigración y en la emigración», explica el INE. El impacto de la crisis sanitaria y económica sobre la inmigración será más intenso y duradero que el aumento de la mortalidad. Sencillamente no habrá entrada de jóvenes extranjeros que compensen el envejecimiento natural a lo largo de la próxima década. Para el año 2030, la tasa de dependencia de los mayores de 64 años (sobre la población en edad de trabajar) alcanzará el 38%, tres décimas más que en su estimación previa del año 2018.
Si hasta ahora el INE proyectaba que llegarían más de 600.000 personas al año, ahora ha rebajado esta previsión hasta por debajo de 300.000 nuevos inmigrantes cada año hasta 2024, y a partir de 2025 empezaría a recuperarse, pero sin alcanzar el volumen de llegadas previsto anteriormente hasta 2031. Esto significa que el escenario central que maneja el INE apunta a una gran ralentización de la llegada de mano de obra extranjera que compense el envejecimiento de la española. Por ejemplo, para este año 2020, proyecta que llegarán 245.000 inmigrantes, cifra que apenas es un tercio de la registrada en 2019.