Ocio Latino-. Maradona abandonó el Nápoles en 1991, y a partir de ahí todo se vino abajo. Las drogas (que ya consumía desde hace años), el positivo en el control antidopaje en el Mundial 94, las demandas por paternidad, sus intentos por volver al fútbol en Sevilla, Newell’s y Boca Juniors, su ‘etapa política’ junto a Fidel Castro y compañía, las rehabilitaciones, las recaídas…
Esta caída a los infiernos de Diego Armando Maradona es también uno de los atractivos de su figura, ese doble papel de héroe y villano que Emir Kusturica reflejó perfectamente en su documental ‘Maradona por Kusturica’ (2008) en el que el personaje se intenta redimir ante su familia y ante la opinión pública. El director serbio consigue filmar a un Maradona trágico y patético por momentos, en el que, para el que suscribe, es el mejor trabajo hasta la fecha sobre el astro argentino.