Dina Boluarte ha jurado este miércoles como nueva presidenta de Perú, convirtiéndose así en la primera mujer presidenta en la historia del país, ya que en calidad de vicepresidenta, tal y como marca la Constitución, ha tenido que asumir el cargo tras la destitución de Pedro Castillo por parte del Congreso.
«Juro por dios, por la patria y por todos los peruanos que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la república, que asumo de acuerdo con la Constitución, desde este momento hasta el 26 de julio de 2026», ha expresado tras recibir la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, José Williams Zapata.
«Defenderé la soberanía nacional, la integridad física y moral de la república y la independencia de las instituciones democráticas. Que cumpliré la con la Constitución y las leyes de Perú, reconociendo la libertad de culto y la formación moral de los peruanos», ha manifestado Boluarte con la mano en la Biblia.
«Esta difícil coyuntura nos pone a aprueba a todos los ciudadanos. Antes que política soy una ciudadana y una madre peruana que tiene pleno conocimiento de la responsabilidad que la historia pone en mis hombros», ha dicho posteriormente ya en su primer discurso como presidenta de Perú.
«Se ha producido un intento de golpe de Estado, una impronta promovida por el señor Pedro Castillo, que no ha encontrado eco en la instituciones de la democracia y la calle. Este Congreso, atendiendo al mandato constitucional, ha tomado una decisión y es mi deber actuar en consecuencia», ha recalcado.
En su primera intervención ante el Congreso como presidenta, Boluarte ha hecho un llamamiento «a la unidad de todos los peruanos», ganándose los aplausos del hemiciclo. «Nos corresponde conversar, dialogar, ponernos de acuerdo, algo tan sencillo, como tan impracticable en los últimos meses», ha lamentado.
«Convoco a un amplio proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas representadas o no en el Congreso», ha expresado Boluarte, quien ha pedido una «tregua política para instalar un gobierno de unidad nacional» y «el apoyo de la Fiscalía para entrar en las estructuradas corrompidas por las mafias».
Si bien a lo largo de los últimos meses Boluarte llegó a manifestar que en caso de Castillo fuera destituido por el Congreso, ella se iría con él, las últimas acciones del ya expresidente le han hecho cambiar de opinión y desde el primer momento se mostró tajante contra lo que ha definido como «un golpe de Estado».
Boluarte había compaginado su cargo como vicepresidenta de Perú con el de ministra de Desarrollo Social hasta que en noviembre de este año fue elegida Betssy Chávez nueva primera ministra.
Ahora ella tendrá que lidiar con un Congreso en el que no cuenta con una bancada y apenas aliados parlamentarios que le apoyen, después de que hace poco dejara de formar parte de Perú Libre, y que desde hace dos décadas se ha mostrado como un espacio ingobernable y hostil hacia todos los presidentes. / Europa Press