El Ayuntamiento de Madrid estudiará la posibilidad y conveniencia de abrir imbornales en determinadas zonas de la capital como Atocha y la glorieta de Carlos V para evitar la formación de grandes balsas de agua por fuertes lluvias como la caída ayer en la ciudad.
Los imbornales son hendiduras o fugas en los bordes de la calzada, pensadas para que el agua fluya mejor hacia el desagüe mucho más rápidamente, evitando charcos e inundaciones.
Así lo ha anunciado este jueves el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno celebrada en Carabanchel. «Hubo puntos que sí sufrieron y haremos un estudio para determinar las causas cuando se producen lluvias fuertes en Madrid el número de imbornales en esas calles, como Atocha, la glorieta de Carlos V y las conducciones de agua, para acometer obras necesarias y que haya un número de imbornales», ha explicado el primer edil.
«Posiblemente puede que haya que incrementar el número de imbornales en la ciudad, y estamos dispuestos a estudiar todas las acciones que mejoren la movilidad», ha abundado a continuación.
Ayer, además hubo cortes en 6 de las 12 líneas de Metro de Madrid y las imágenes de estaciones anegadas cuando caen «trombas» de agua.