Fundación Tomillo ha cumplido 40 años en los que ha ayudado en la formación de más de 200.000 jóvenes en situación de vulnerabilidad de barrios del sur de Madrid, una zona en la que se concentra más del 80% de la tasa de abandono escolar prematuro.
La organización ofrece oportunidades formativas y laborales a través de un modelo integral socioeducativo que, como Escuela de Segunda Oportunidad, se basa en el desarrollo de competencias técnicas y socioemocionales, el aprendizaje experiencial, el acompañamiento personalizado y la orientación vocacional con el objetivo de impulsar el crecimiento personal y profesional de las y los jóvenes.
Jóvenes como Raúl, Ali o Alicia dieron su testimonio en el acto de celebración del aniversario y coincidieron en destacar «cómo les ha cambiado la vida». «Antes de llegar a Tomillo, pensé en abandonar en muchas ocasiones. Si no sacas buenas notas, si no tienes mucho interés o muestras motivación, te dan por perdida antes de tiempo, pasas desapercibida en el aula y cada vez eres más invisible para tus profesores», relatan. «Fue en Tomillo cuando empecé a creer en mí misma y a ver que era posible, solo necesitaba alguien al lado que creyera en mí, en mis posibilidades y en mi talento. Solo necesitaba cercanía, cariño y una nueva oportunidad, que en Tomillo he encontrado», ha explicado Alicia.
Ali también ha indicado cómo pensaba que su vida académica «estaba acabada y hoy, tras haber finalizado grado medio y prácticas de administración», trabaja en una gran empresa. «Tomillo comenzó gracias a la voluntad de dos buenos amigos con espíritu emprendedor para ayudar a jóvenes en una época de gran desempleo. Hoy, 40 años después y tras profundos cambios, sigue siendo una entidad innovadora y dinámica, con plena vocación de servicio a los demás», manifestó Javier Lantero, co-fundador de Tomillo y Presidente de honor.
Por su parte, la presidenta de Tomillo, Carmen García de Andrés, ha destacado en su discurso «la profunda convicción, ayer y hoy, en el potencial de cada persona, de cada joven, en su capacidad de mejora personal y profesional y su necesaria contribución a la mejora de su propio entorno».