En un emotivo video compartido en su cuenta de Instagram, la actriz y cantante estadounidense Selena Gómez expresó su profunda tristeza y frustración ante las recientes deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados a México, ordenadas por el presidente Donald Trump. Entre lágrimas, Gómez manifestó: “Solo quería decir que lo siento mucho. Están atacando a toda mi gente, a los niños… no lo entiendo”. Aunque el video fue eliminado poco después de su publicación, generó una ola de reacciones en las redes sociales.
La administración de Trump ha intensificado las políticas migratorias, llevando a cabo operativos que han resultado en la detención de miles de inmigrantes indocumentados. Según informes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en la primera semana del nuevo mandato se detuvo a 2,382 personas y se emitieron 1,797 órdenes de captura adicionales.
La reacción de Gómez, quien tiene raíces mexicanas, ha sido aplaudida por muchos de sus seguidores que valoran su empatía y valentía al abordar un tema tan delicado. Sin embargo, también enfrentó críticas de quienes consideran que su posición como celebridad la aleja de la realidad que viven los afectados.
Este episodio pone de relieve la polarización en torno a las políticas migratorias de Estados Unidos y la influencia de figuras públicas en el debate. Mientras algunos celebran que personalidades como Gómez utilizan su plataforma para abogar por los derechos de los inmigrantes, otros cuestionan la eficacia y autenticidad de tales manifestaciones.
Las deportaciones masivas han generado preocupación no solo por el impacto inmediato en las familias afectadas, sino también por las posibles repercusiones económicas y sociales a largo plazo. Estudios sugieren que la expulsión de un gran número de trabajadores indocumentados podría reducir entre un 2,6% y un 6% el Producto Interno Bruto de Estados Unidos.
En medio de este clima tenso, la comunidad internacional y diversas organizaciones de derechos humanos continúan monitoreando de cerca las acciones del gobierno estadounidense, abogando por políticas que equilibren la seguridad nacional con la compasión y el respeto por los derechos humanos.